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El melómano que se sabe de memoria todos los horarios, el postureta que tiene localizado el lugar dónde sacar el selfi perfecto, el grupi al asalto de la primera fila para ver a su artista favorito, el que el primer día decide ya qué cenará las dos noches siguientes... Hay muchos tipos de fauna festivalera. Y nunca falta el que completa su 'outfit' con gafas de sol, sombreros de marcas o el complemento molón de turno. Cualquier cosa que pesque gratis entre los puestecitos del recinto le viene bien. Porque hay un mucha 'programación' al margen de la banda sonora organizada por el Bilbao BBK Live.
Una decena de marcas ofrecen en Kobetamendi actividades paralelas, regalos y unas cuantas opciones para descansar entre concierto y concierto. Para descubrirlas hay que hacer un pequeño reconocimiento del terreno, algo obligado para disfrutar a tope del 'festi'. Un primer paseo entre escenarios para comprobar dónde actuará nuestra banda favorita, fichar dónde están los baños (este año hay 400) y elegir el puesto en el que reponer fuerzas con la cuadrilla antes de que actúe el cabeza de cartel. Aunque el festival es el epicentro de la música en Bilbao estos días, el recinto de Kobetamendi ofrece también otros muchos alicientes al margen de la caña de los bafles.
Esta edición viene con la intención de dejar huella. Uno de los puestos ofrece tatuajes gratuitos relacionados con la música. Una artista se encarga de realizar seis diseños distintos con aerógrafo y si no acaba de convencerte, cero dramas, que la tinta se borra en tres o cuatro días. Lo que es mejor que no desaparezca es el divertido vídeo que te puedes marcar en el stand de una aerolínea. ¿Te atreves a emular a Miley Cyrus en su videoclip de 'Wrecking Ball'? Esta vez no hay una bola de demolición, pero sí una enorme de discoteca. La clave es montarse en ella y tirar una suerte de bolos en forma de micrófonos. «Puedes llevarte merchandising de la marca, descuentos en viajes y hasta un vuelo ida y vuelta gratis al destino que tú elijas», explican al llegar al stand.
Una marca de cerveza que patrocina el festival cuenta este año con un reto solo apto para grandes deportistas. Aguantar el máximo tiempo posible sobre una tabla apoyada en un rodillo. Pero si prefieres guardar fuerzas y darlo todo en los conciertos, lo tuyo puede ser el puesto de maquillaje abierto a solo unos metros. Pintura fluorescente y mucho brilli-brilli para mimetizarse con el ambiente. Y si esto no fuera suficiente, una marca de helado te invita a que te sumerjas en una tarrina gigante con galletas de peluche para llevarte de regalo una pañoleta con un molón estampado de vaca.
Este año hay una alternativa para quienes no pueden subir a Kobetamendi. La plataforma de streaming Arte.TV emite los bolos de los principales artistas en directo y ofrece actividades desde su autobús rosa de dos plantas instalado en el recinto. Una zona de chill out, un fotomatón y un twistter con opción de llevarse un premio son sus principales atractivos.
La zona de puestos cercana a la carpa de Beefeater tiene propuestas tanto para los muy previsores como para los que quieren llevarse un recuerdo de su artista favorito. El abono del Bilbao BBK Live 2025 cuesta 125 euros, cinco menos si devuelves tu vaso reutilizable cuando ya no lo necesites. La camiseta oficial del festival, de algodón ecológico, se despacha a 28 euros mientras que la de Massive Attack vale 35 y la de Arcade Fire 40.
Frente a la intensidad de un festival, hidratación. Los vasos reutilizables del festival cuestan 3 euros, lo mismo que la bebida más barata: agua mineral. Los refrescos tienen un precio de 4 euros, mientras que la caña y los chupitos son a 5. Los cubatas, los más caros, se venden a 11. Y todo se paga con la tarjeta instalada en la pulsera del festival.
Kobetamendi nos permite lo mismo zamparnos un pad thai por 8 euros, que un perrito caliente de Thate por 9. Las empanadas argentinas de Cachito Mío cuestan 4,5, aunque a los golosos se les van los ojos a sus alfajores. El local Mono es el encargado de despachar smash burguers con opciones para celíacos y varios puestos con alma de txosna hacen bocadillos de todo tipo desde 9 euros. Los veganos cuentan con su propia 'food truck' con comida 100% de origen vegetal.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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