Talos, sushi, concursos, merchandising y un tocadiscos gigante: ¿es el BBK Live un parque temático?

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Una de las grandes preguntas antes de que empiece el festival suele ser cuánto cuesta una cerveza. Pues bien, una San Miguel se cobra a cinco euros, mientras que el katxi hasta arriba vale diez. Por cierto, el vaso se paga a tres, pero son retornables. Desde hace años, con el fin de que Kobetamendi no acabe convertido en un lamentable vertedero, el festival apuesta por la reutilización. El agua, uno de los bienes más preciados teniendo en cuenta las temperaturas veraniegas que va a acoger el festival cuesta tres euros en barra. Pero si te da igual que sea mineral o solo quieres refrescarte un poco el cuerpo, pasa por los grifos del baño. El agua es potable y, sobre todo, gratis. Los chupitos cuestan cinco euros, los refrescos cuatro, los kalimotxos, once y los cubatas, trece.

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Imposible que no te entre el hambre con tanto ajetreo entre un escenario y otro. Pues bien, estás de suerte porque hay prácticamente de todo. Raro será que tu antojo quede insatisfecho. Hamburguesas que rondan los diez euros, los refrescantes pokes a trece y los siempre socorridos noodles desde nueve euros. El festival ofrece un buen puñado de propuestas gastronómicas locales. Restaurantes como Panda, Dinámico y Foodo tienen su propia foodtruck en Kobetamendi. ¿Que te apetece algo más tradicional? No hay problema, hay hasta talos. Una furgoneta ofrece únicamente opciones 100% veganas y un autobús escolar amarillo -como los de las pelis- sirve hamburguesas inspiradas en Los Simpsons.

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¿Se te ha olvidado ponerte la camiseta de tu grupo favorito? Sin problema, que también eso se puede conseguir en Kobetamendi. Especialmente si tus preferencias son los clásicos como Ramones, Guns and Roses o Scorpions. Las cómodas tote bags (que por cierto también puedes llevarte gratis si las costumizas en el puesto de Red Bull) y la bisutería son otros de los productos estrella. Arizona Vintage tiene su propia tienda de ropa para que te conviertas en el más moderno del festival y los originales llaveros de monigotes y las calaveras ponen el punto más colorido del mercadillo festivalero.

¿Todavía no tienes suficiente? Hay un sinfín de puestos para que te hagas fotos divertidas con tus amigos, un concurso con chupitos como premio y hasta un tocadiscos gigante con vocación ecologista. Si lo haces girar con tu propia fuerza, generas la energía suficiente como para cargarte el móvil.