El turismo festivalero llena Bilbao

Además de las socorridas casas de los colegas, la ciudad ofrece alojamientos para todos los gustos. Desde el camping que se ubica a pocos metros del recinto musical hasta hoteles, residencias de estudiantes y apartamentos turísticos. En Kobetas, duerme –o no– un buen número de jóvenes, como Germán Loiti, un donostiarra de 28 años que ayer descansaba sentado en una silla a la entrada de su tienda de campaña. «Es la segunda vez que venimos y siempre hacemos camping. El ambiente es increíble y nos gusta el barro jajajaja».

No muy lejos andaba Laura Ballesteros, una cacereña de 30 años que ofrecía peinados tatuajes «a 3 euritos». Tras «dormir 8 horas», le había dado tiempo a bajar a la ciudad para «ver los conciertos gratuitos». Por las calles de la capital andaban también las hermanas vallisoletanas Marga y Teresa Garrido. «Venimos siempre y esta vez bajamos porque han quitado el supermercado que había antes en el camping y claro, hay que comprar provisiones», lamentaban tras asegurar que en esta edición «hay menos acampados». «Parece que mucha gente ha optado por hoteles y apartamentos porque ayer estaba a tope de espectadores», confirmaban.

La opción de alquilar convence desde hace años a las vitorianas Ainhoa Hernández y Elena Casado. «Venimos desde 2015 pero en las cuatro últimas ediciones optamos por pillar apartamento. De hecho siempre venimos al mismo, que está muy céntrico y encima no nos suben el precio», celebraban haciendo una parada en el concierto de Jordi Évole en El Arenal. No lejos los madrileños Ana Díaz y Daniel Checa recordaban que esta primera visita a Bilbao se gestó hace meses. «En mi cumple, que cae en Navidad, ella me regaló las entradas porque soy muy fan de Placebo, así que aquí estamos, encantados».

Los tinerfeños Alejandro Campal y Miriam Morales aprovechaban la mañana, sorprendidos por «la alta temperatura que no esperábamos«, para conocer la villa. Ellos han optado por otro tipo de comodidad, la de un hotel. En su caso la del Barceló Nervión que «por un precio majo está genial y bien comunicado». No muy lejos de ellos, en el Petit Palace Arana, se alojan hasta mañana Iñaki Bereziartu y Maialen Aldasoro, de la localidad guipuzcoana de Lazkao.

«Compramos las entradas para el 'festi' de 2020, pero ya ves, la pandemia... Esta vez esperamos a abril para pillar alojamiento y la verdad es que el hotel está genial y super céntrico. Es la segunda vez que venimos en este plan, aunque la otra estuvimos en el Ercilla», contaban antes de ir al encuentro de unos amigos. Antes aprovecharon para visitar con calma la ciudad en la que él estudió y «que desde mediados de los 90, cuando yo la conocí, ha cambiado mucho. Está bonita».

¿Alguna opción de alojamiento más en Bilbao estos días? Pués sí, porque además de albergues y pensiones, también las residencias de estudiantes abren sus puertas. Lo saben el madrileño Antonio Sánchez –en la de San Mamés– y sus amigos leoneses, Cristina Díaz y Samuel Baruque –en la de Pablo Picaso–«Eran las opciones más económicas, están en buena zona y bien comunicadas. Para dormir y seguir, están genial». Lo dicho, para todos los gustos.