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óscar cubillo
Viernes, 8 de julio 2022
La segunda jornada del Bilbao BBK Live abrió su escenario principal con la actuación de Nøgen, uno de los grupos de pop en euskera con más tirón entre la chavalería autóctona. Con la formación cambiada (se fue Eider Saez y la ha sustituido Ane Negueruela, ... que en Kobetas a veces desafinó pues no llegaba a tantos sostenidos expansivos), los cinco donostiarras dieron un bolo de 14 canciones en 55 minutos. Sonaron todas perecidas, cantando al cielo y coreando en plan Mumford And Sons y Of Monsters And Men, en los momentos más pop resonando a La Oreja de Van Gogh, y colando una estrofa en castellano y varias en inglés, con lo cual fueron trilingües.
Entregados: El público, al que se dirigieron en euskera, coreó sus hits y alzó las manos cuando se lo pidieron.
Entre nubes: Les benefició que el cielo estuviera encapotado y así el sol no les dio de cara.
Agenda repleta: Hoy actúan en Sanfermines y tienen muchos conciertos y actos institucionales.
Luego actuaron Inhaler, el cuarteto dublinés liderado por el vocalista y guitarrista Elijah Hewson, que es hijo del también músico Paul David Hewson, más conocido como Bono y por ser el cantante de U2. Ante un respetable en el que se hicieron notar los guiris más rostropálidos y joveznos, Inhaler tocaron 9 canciones en 42 minutos, a la sombra quizá subliminal de los sostenidos y la grandiosidad paterna. Desplegaron guiños, deudas y dependencias para con el after punk de los 80 pero actualizado, con The Alarm y U2 en el núcleo del conocimiento y algún guiño a los Smiths.
Ofrecieron una estética cuidada y tan sobria como sus influencias musicales.
¿A quién se parece?: Agigantado en la pantalla, el rostro de Elijah Hewson recuerda al Bono joven, de los discos en blanco y negro.
Buena acogida : Hubo bastante gente y en las primeras filasse hicieron notar los muchos extranjeros.
Y a las 8.16, cuatro minutos antes de las 8.20 anunciadas, descargaron dando un conciertazo superfestivalero Lori Meyers, los granadinos de Loja, uno de los nombres más frecuentes en los carteles de los festivales de la piel de toro. En la gira de su séptimo álbum, 'Espacios infinitos' (21), dieron un conciertazo, ya lo hemos dicho, que llegó más allá de la luz solar, con las pantallas visibles, el sonido fornido y atrapador, y las canciones redondas y quedonas. Poperos, poderosos y con mensaje, remitieron a unos Vetusta Morla más terrenales, hicieron pop a lo LOL y funk cañí a lo Tony Manero en serio, y por el final arrearon con tres cúlmenes en la onda de los Strokes: 'Emborracharme' con Jordi Évole, 'Mi realidad' para poner a bailar a toda la campa, y 'Alta fidelidad'.
En familia: Dos de los hijos de los ídolos indies veían el show desde la mesa de sonido.
Conciertazo: Fue un derroche de sonido, conexión con la masa y pantallas contrastadas ante la luz solar.
Doblete: Noni cantó por la mañana en El Arenal con Jordi Évole y en Kobetamendi le sacó al escenario.
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