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La vuelta de los grandes festivales en el País Vasco, tras dos años en suspensión por la pandemia, tenía marcado a fuego un evento en la capital alavesa. Y las ganas del público de reencontrarse con las bandas en Mendizabala se han confirmado, incluso mejorando ... los pronósticos de la organización en el vigésimo aniversario del Azkena Rock. El evento reunió a un total de 48.000 asistentes en sus tres días de celebración, desde el jueves hasta este pasado sábado, la cifra más cercana al récord de asistencia de 2011, año en el que se celebró el décimo aniversario y atrajo a 58.000 personas. A pesar de situarse lejos es la mejor cifra que se recuerda en los últimos años. En la anterior edición celebrada en 2019 congregó a 36.000 asistentes, entonces en dos jornadas.
A pesar de que la organización no ha desgranado la procedencia de los asistentes, la mayoría ha llegado desde diferentes puntos de España y una «pequeña porción de países limítrofes». El récord sí se ha batido en la asistencia de menores –la política del festival recoge que los menores de 14 años pueden entrar gratis acompañados de un adulto–. Han acudido 800 menores, el doble que en la anterior celebración, lo que da una pista de la familiaridad con la que se vive el evento y la buena acogida entre el público más cercano. «Confirma el relevo generacional y que el festival está más vivo que nunca y preparado para cumplir otros veinte años más», apunta la promotora Last Tour. Las buenas cifras también se han notado en el camping, donde se ha rozado el lleno con una ocupación de 3.200 personas. La buena entrada no ha supuesto grandes colas en un recinto que contó con tres escenarios y dos carpas, además de autos de choque.
Con su receta habitual, el certamen vitoriano ha vuelto a atraer a figuras legendarias y grupos que vienen despuntando en los últimos años. La particularidad de esta vigésima edición ha sido la potente apuesta por tres artistas que rompieron moldes en la música: Patti Smith, que provocó las lágrimas de más de un seguidor; Emmylou Harris, icono global del country; y Suzi Quatro, la primera bajista en dar un paso adelante como front-woman en una banda de rock. 'Because the night' o '48 Crash' fueron algunos de los clásicos que se pudieron disfrutar en vivo. Tanto Patti Smith como Suzi Quatro firmaron actuaciones memorables con dos planteamientos diferentes. La primera salió emocionada e hizo de la comunión con el público algo vibrante mientras que Suzi Quatro hizo un repaso de sus éxitos en un ejercicio nostálgico y entretenido.
La presencia de este trío legendario como cabezas de cartel del sábado confirmaba un golpe de timón que se viene produciendo en la programación tras la polémica suscitada en 2017, año en el que Sally Ann Evans, de Buck and Evans, era la única mujer en el cartel del certamen. Desde algunos colectivos feministas denunciaron la escasa presencia de mujeres y la promotora mostró su compromiso con el Ayuntamiento de Vitoria por tratar de equilibrar la balanza en un género en el que todavía es mucho mayor el número de bandas con presencia masculina.
Otras de las bandas con mayor tirón del certamen fue The Offspring, en la parte más alta del cartel del jueves, una apertura en la que el punk encendió la llama de un festival que ha convivido con la incertidumbre en los dos últimos años. De hecho, para la edición que nunca llegó a celebrarse en 2020 se anunció la actuación de Brian Wilson, John Fogerty e Iggy Pop, quienes se cayeron más tarde del programa.
Jerry Cantrell, fundador de Alice in Chains, Social Distortion o The Afghan Whigs, banda de Greg Dulli, eran otros de los más esperados que no decepcionaron en la cita vitoriana. Junto a esas bandas icónicas y estrellas conocidas mundialmente, el festival ha vuelto a contar con artistas que están creciendo en el panorama musical como Adia Victoria o Daniel Romano, dos de los nombres que muchos asistentes han sumado a su lista de reproducción. Con la aprobación del público respecto a la calidad del cartel, uno de los conciertos que dejó peor sabor de boca fue Drive-by Truckers, lastrados por un fallo de sonido que hizo que no se escuchara nada por los altavoces durante unos pocos minutos. Aunque una de las grandes señas de identidad es el carácter internacional, en esta ocasión hasta cuatro grupos alaveses –Soziedad Alkoholika, Negra Cucaracha Terrorfolk, The Faithless y Nukore– se estrenaron en diferente escenarios de 'Mendi' dando ejemplo de la variedad de la cantera.
El Azkena Rock supone el pistoletazo de salida del calendario de festivales por Euskadi, en el que se encuentra otro de mayores dimensiones, BBK Live, certamen que también organiza Last Tour y se celebrará del 7 al 9 de julio en Kobetamendi (Bilbao). Mientras que la programación en las salas de conciertos se viene resintiendo en los últimos meses, el panorama de cara a los festivales de verano es ligeramente optimista. Este verano, el circuito de jazz también retoma su pulso sin restricciones de aforo en Getxo, Vitoria y San Sebastián.
Durante el festival se habilitó un stand con la preventa de entradas para la próxima edición del festival que volverá a repetir la fórmula de tres días. Se llevará a cabo el 15, 16 y 17 de junio de 2023. Además, los abonos se ponen a la venta en la web del Azkena a partir del 20 de julio cuando se anuncien algunas de las bandas.
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