Pasadena, un directo sobrio para la meditación

No precisa Pasadena de grandes artificios. Jon Basaguren y Libe García de Cortázar presentan un directo sobrio en el que los instrumentistas recobran la importancia que han perdido en otras escenas musicales. Cuentan con un total de seis: tres guitarras, bajo, teclista y batería. Eso, si no se tiene en cuenta el aderezo que la vocalista suma en algunos temas con una pandereta u otras teclas adicionales en las que hunde sus orígenes con bandas como Neubat.

Si se cierra los ojos con el sonido acústico indie-pop de cualquiera de sus EP 'Izpia' o 'Pasadena' uno puede llegar a la meditación o a ese estado psicológico individual que se conoce como estar en trance. Le ocurrirá con mayor intensidad si no entiende euskera porque aunque este idioma -en el que cantan e intervienen de forma tímida- combina casi con cualquier género, lo único que cazará al aire serán palabras como 'Grabitatea' (gravedad) o 'Bihotz' (corazón). Evocan con ellas ideas, paisajes o sensaciones que sirven para explorar lados oscuros e íntimos de cada uno mientras se busca, por qué no, una hora de sosiego (a la sombra, por favor) entre tanto guitarreo desenfadado más propio de este festival.

García de Cortázar y Basaguren, que llevaban años ayudándose mutuamente a la hora de completar canciones en sus versiones en solitario, se unieron durante la pandemia para componer, escribir y producir este proyecto conjunto. En ese universo también tiene cabida el batería Dani Arrizabalaga, el teclista Aitor García de Vicuña, el guitarra Danilo Foronda y el bajo Ander Sevilla. En definitiva, la banda euskaldun apuesta por una vuelta de tuerca en la que se nota la influencia de grupos americanos y en la que caben Calexico (este viernes a las 23.15) o Wilco.