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Ya sabíamos que está muy mayor la veteranísima Mavis Staples (Chicago, Illinois, 1939, cumple los 85 en julio), ¿pero por qué ha de quedarse en casa esta cantante, actriz y activista por los derechos humanos, vinculada al reverendo Martin Luther King y obamita de pro, ... si puede predicar el gospel (evangelio) por el ancho mundo? Este sábado en el Azkena Rock Festival 2024 la integrante de los Staple Singers, un grupo de gospel terrenal y social dirigido por su padre Pops Staples y que con sus canciones convencía tanto a los hippies blancos de la canción protesta como a los degustadores negros del soul genuino, en sexteto músico-vocal, pilotó 12 canciones en 60 minutos que incluso arrancaron aleluyas de la parroquia azkenera.
Mavis sorprendió para bien y dejó una mejor impresión que hace seis años en el Music Legends Festival de Sondika, donde pareció muy vulnerable. Esta vez, aunque dispuso de una silla cómoda en mitad del escenario, en la que se sentó esporádicamente sin dejar mala imagen (como Axl Rose con AC/DC, como Smile cuando cumpla su demorada gira por chiringuitos porque su cantante se ha roto el fémur surfeando...), destacó objetivamente realzada por sus tres músicos masculinos elegantes y dominadores del blues, del funk, y hasta del rock and roll, y por sus dos coristas femeninas, que no disimularon carencias ni taparon huecos de la jefa, sino que elevaron la cita a un cielo superior.
En primera fila de la lucha por los derechos de los negros estadounidenses estuvo en los 60-70 del siglo pasado Mavis Staples, quien en directo aún usa esas técnicas de predicador protestante y que también cada dos por tres gritaba 'oh, yeah' como si fuera el patriarca del blues Muddy Waters. No en vano, planteó en su discurso o sermón más completo: «Recordad que somos de La Ciudad del Viento, de Chicago. De donde Muddy Waters, Koko Taylor, Buddy Guy, Howlin' Wolf...». Enumero al puñado de cantantes de blues y se puso a imitar en broma a Howlin' Wolf, el Lobo Aullador, antes de acabar asegurando: «Hemos venido esta tarde a traeros alegría, felicidad, inspiración, y para haceros sentir bien».
Y la benemérita dama cumplió su misión con creces, abriendo con funk ('City in the sky'), gritando como James Brown y meciendo el gospel como los Holmes Brothers ('I'm just another soldier') y enrolándose en los espirituales como si fuera el Golden Gate Quartet ('Handwriting on the wall', las tres de los Staple Singers). La gente respondía contenta a todas sus invocaciones, y Mavis quizá alcanzó la cima con el blues sofisticado 'Who told you that', y sofisticado también le quedó el hit de los Staple Singers 'Respect yourself'.
En un soul a lo Al Green, versión del 'Let's do it again' de Curtis Mayfield, se puso tan sensual que llegó a jadear, y sofocada se derrumbó en la silla y dijo «me estoy haciendo mayor para esto», entre risas de la explanada, una explanada que elevó aleluyas en 'I belong to the band', a la que le pasó desapercibida el 'Slippery People' de los Talking Heads y que cantó onomatopéyica («sala-kuku-ye») la última, 'Heavy makes you happy«, con su ritmo palúdico y otra magnífica intervención solista del guitarrista. Y confesemos que acudimos con poca fe a su encuentro, y su inspiración nos atrapó y alegró desde la primera canción.
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