Azkena Rock Festival 2023
Desembarco de 'azkeneros' en Vitoria: «Hay mejor rollo que en otros festivales»Secciones
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Azkena Rock Festival 2023
Desembarco de 'azkeneros' en Vitoria: «Hay mejor rollo que en otros festivales»Fin de la espera. Esta tarde suena el pistoletazo de salida al festival de rock por excelencia del País Vasco y una de las marcas más relevantes en la programación de leyendas del género en España. Al menos 48.000 asistentes se esperan el certamen ... en una 21 edición que sirve como prólogo a una temporada estival cargada de citas para casi todos los gustos. En ese deleite por las guitarras y en ese mapa de visitantes, la tradición 'azkenera' marca que el grueso de visitantes es vasco, seguido de madrileños y catalanes.
Pero su onda expansiva también alcanza en menor medida a un público internacional –esa presencia suele oscilar entre el 5 y 15 por ciento del total con franceses, alemanes y británicos a la cabeza–. Y si la presencia tienen en la 'tiquetera' a lo largo de todos estos años, es el encaje que tiene el festival entre los vitorianos. Si preguntan en su entorno por quiénes han asistido, verán más de una mano alzada y descubrirán que tras el uniforme de un compañero de trabajo, hay un roquero. Desde el mediodía, las primeras colas en el punto de recogida de pulseras para acceder al festival se han hecho notar antes de desatarse la emoción en una primera jornada con Rancid, El Drogas, Steve Earle o Liher, entre otros.
Vienen de Barcelona desde 2019, año que les lleva a pensar directamente en Stray Cats, la banda estadounidense de rockabilly del carismático Brian Setzer. «Te regalé la entrada, ¿recuerdas?», le dice Diane Zilleox a Isaac Alcober, que se alojan en el camping del festival. Sacaron la entrada casi sin pensarlo, sin ver la configuración resultante del cartel. «En comparación con otros festivales más masificados, esto es un poco más... amable». Esa es la expresión acertada. A Diane le llama la atención la diferenciación que existe dentro del festival. «Notas que hay como dos grupos distintos, los 'heavys' y los 'rockabillys'». ¿Bandas que tienen más ganas de ver? Calexico, Gwar... Otro factor que marca distancias con otros festivales es la edad media, más elevada. «Es verdad, normalmente somos los más mayores y aquí no».
Se les reconoce fácilmente por esa estética de tatuajes, camisetas negras de bandas han escuchado hasta la saciedad y una pose algo seria que se transforma en una amabilidad extraordinaria cuando se les pregunta por el Azkena. ¿La primera vez por aquí? «No, es la cuarta vez», contaban ayer Martin e Ingrid, una pareja sueca que tiene en la capital alavesa un punto de encueentro. «Hemos conocido a mucha gente aquí durante estos años. Hay gente de otras partes de España que regresa y también nos encontramos con amigos de Suecia», resaltan. Cuando repasan el cartel y se les pregunta por lo más atractivo de este año tiran del gran icono, Iggy Pop. Pero antes tiran de sus vecinos, The Soundtrack of Our Lives. «Son de Gothenburg y lo hemos vimos esta misma semana allí». Constatan que están en forma. También la banda encabezada por Ebbot Lundberg.
«Es un festival más recogido y con muy buen rollo». «Es más recogido con muy buen rollo y ambiente. No tienes que pegarte con nadie». Luigi, Miguel, Jesúsin y Txerra coinciden a la hora de identificar lo que hace diferente al certamen de rock vitoriano. Los tres primeros llegaron en una furgo desde un pueblo de Segovia. Seis años llevan como 'azkeneros'. Txerra los conoció en Mendizabala. Este bilbaíno lleva algo más de tiempo, en torno a una década siendo fiel a la cita. Luce una camiseta del grupo Heavy Feather, los conoció en Mendizabala y se deshace de ese estereotipo que reconoce que los bilbaínos son muy suyos. «Ya no hay muchos festivales así. Ya podríamos aprender en Bilbao de esto», dice al referirse a la forma en la que la megalomanía es la nota predominante. Eso de ir en caravana y dormir en el vehículo a veces se convierte en algo angustioso. Recuerdan los 40º del año pasado. «Teníamos que estar fuera del coche», apuntan. Entre los conciertos que recomiendan se encuentra Melvins. Y en el recuerdo Fogerty o Patti Smith.
Todos los asistentes a un festival tienen un crítico dentro que sale a relucir de vez en cuando. A veces antes de los conciertos y, en ocasiones, más tarde. La balanza acabará equilibrándose (o no) al final de la celebración. Para Sergio (47 años) es su segunda vez en Mendizabala, donde ya vio a Primus, a quienes recuerda especialmente, y María (42) debuta. «Hemos venido principalmente a ver a Iggy Pop y, la verdad, es que pensamos que el cartel iba a mejorar cuando vimos que lo anunciaron, pero no nos lo ha parecido», comenta María. Aún así en el repaso de grupos de cartel hay varios imprescindibles como Melvins. Si les pedimos una recomendación barren para casa. Lo tienen claro: Bones of Minerva. La banda de metal formada hace una década en 2013 apunta a ser uno de los grandes descubrimientos del festival. «Son muy cañeras», explican. Y añaden a ello el vínculo personal que les une. «Son coleguitas». El último álbum de la banda 'Embers' (2022) ha recordado a muchos a Tools. ¿Es cierto eso de que la gente viene al Azkena más a ver los conciertos que de farra? «Mitad y mitad», sonríe Sergio.
La mayoría de ellos son brasileños, pero vienen de Barcelona, donde residen desde hace años. Nerio, Cristina, Gustavo, Raquel, Eloisa y Dani. Esa seña internacional y abierta del cartel del festival hace que muchos tengan paisanos sobre el escenario. Y puedan dar una clase magistral sobre la biografía musical de un cierto grupo. En su caso ocurre con Os Mutantes, pioneros del rock en Brasil. «Para nosotros cada canción es un himno y desde niños nos sabemos todas sus canciones», cuentan. De ahí su entrega en el concierto de ayer de la banda ligada al movimiento Tropicália. Su cantante Gal Costa, fallecida hace unos meses, era un icono «feminista», resuelven. «Eran vanguardia de la música brasileña». Son el ejemplo de que en el festi se puede dar un golpe de suerte y encontrar a público que puede acabar resumiéndote la carrera de una banda que acabe por despertar el interés por una banda. Cristina y Gustavo llevan un bar en Barcelona con el ilustrativo nombre de Vinilo. «Solemos ir a unos cuatro festivales. Ya llevan dos en el último mes. «Este es más pequeñito, cómodo y la comida es mejor».
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