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Danele se lo pasó en grande con un monitor de lujo, Aritz Aranburu. lobo altuna

El surf empapa de felicidad a la pequeña Danele, con parálisis cerebral

«¡Fue como una explosión de felicidad!», comparte Arantxa, su madre, incapaz de ocultar la emoción por lo vivido. La niña donostiarra empleó la tecnología de Irisbond para surfear las olas

Lunes, 6 de junio 2022, 23:14

La pequeña Danele es todo felicidad, alegría, optimismo… Y también superación. Esta niña de tres años sufre parálisis cerebral de nacimiento. Pero una vez más ha demostrado al mundo que no hay nada que le haga diferente, que es «una niña normal». La que habla ... es su madre, Arantxa, porque esta enfermedad borró a su hija el habla. Pero a veces, muchas veces, la cara nos cuenta mucho más de lo que dicen las palabras. Y eso fue lo que ocurrió el pasado 14 de mayo. Danele hizo surf por primera vez. Lo que parecía un imposible lo hizo posible. No había más que ver cómo sonreía para saber que se lo estaba pasando en grande, emocionalmente estaba en la cresta de la ola. Una campeona que surfeó las aguas de Zarautz para demostrar que «puede hacer cualquier cosa, sin cerrarse puertas». Y su proeza no pasó por alto para el resto. La pequeña recibió una medalla en forma de abrazos y llamadas de sus familiares y compañeros de clase. «Está emocionada».

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«Fue una experiencia chulísima», comparte su madre, incapaz de ocultar la felicidad que le invade por lo vivido. Desde la distancia siguió con una imborrable sonrisa a su hija en el agua. Un sueño que hizo realidad la empresa Irisbond, que decidió llevar a cabo esta iniciativa con la ayuda de la ONG Kind Surf. La pequeña emplea en su día a día la herramienta 'eye tracking' de la compañía vasca para poder comunicarse. «A través de pictogramas con imágenes que pueden detectar fácilmente se van creando frases. Se distribuyen las palabras por diferentes carpetas -por ejemplo, amigos, comida, sitios…- y van creando la frase a partir del sujeto, verbo y predicado. Lo que van seleccionando se va traduciendo a voz», explica Helena Zabalza, de Irisbond.

Pero claro, la tecnología y el agua no son buenos amigos. Para superar esta barrera, la firma desarrolló una alternativa impermeable que pusieron a prueba de la mano de la pequeña Danele. Juntos dieron un pasito más hacia la normalización. Porque con su trabajo quieren facilitar la actividad de estas personas, que a veces también quieren zambullirse en el agua. Y lo consiguieron. Ahí que se lanzó la niña, de la mano de los surfistas Aritz Aranburu e Indar Unanue como monitores, que se prestaron orgullosos a colaborar. Fueron los artífices de los primeros pinitos de Danele en el surf. «Al principio le costó un poco, estuvieron jugando en la arena porque no quería meterse».

Aunque, lo cierto es que lo que pocos saben es que la pequeña realmente primero quería disfrutar también fuera del agua con esos dos nuevos amigos que se había echado. «Es una niña súper sociable. Le encanta estar con la gente y los niños», comenta la madre. Pasaban los minutos y las risas iban ganando fuerza, tanto como las ganas de probar esas olas que iban 'comiendo' cada vez más playa. Una llamada a la que contestaron estos tres grandes protagonistas, que deleitaron a propios y curiosos con toda una masterclass de surg. Una vez abrocharon bien el neopreno y se enfundó la camiseta azul, cogieron la tabla amarilla y empezaron a surfear las primeras olas. Cualquiera pensaría que era su primera vez.

Abrirles nuevas puertas

Bueno, lo cierto es que Danele es una habitual en esta corriente, le chifla el agua. Desde hace tiempo va todas las semanas a la piscina. «Va con la de Aspace y los jueves a la pública». Por partida doble. Se lo pasa en grande. «Boca arriba nada súper bien. Le gusta un montón el agua, le hace sentirse más libre». Porque en su día a día necesita apoyarse en su andador para poder desplazarse. Y aquí ese amigo en forma de agua le da el sostén necesario para que olvide esa carencia. «En el agua es ella quien mueve su cuerpo». Y en la tabla, Aritz e Indar le echaron una mano para poder dominar esa tabla que acompañó a la pequeña durante su aventura como surfista. Se mojaron, pero estaban empapados de felicidad. Y cuando salieron, los monitores le auparon como a una campeona que es.

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«¡Fue como una explosión de felicidad!», confiesa su madre, que sentía como si estuviese con ella. «Su cara era de felicidad absoluta, estaba feliz, pletórica, estaba súper contenta, le gustó… se vuelve loca cuando se vuelve a ver. Fue un día único», agradece Arantxa a todos los actores de esta gran historia. Una emoción compartida desde Irisbond, que se congratularon de que su gran granito de arena hubiese dado forma a este momento. «Nos lo pasamos de maravilla. Nos encanta poder ayudar a la gente, va dentro de la filosofía de la empresa. Queremos darles las herramientas para ir rompiendo barreras», comenta Zabalza.

Y en ese camino tienen claro que quieren ir de la mano. «La idea es ir haciendo más cosas para abrirles posibilidades y que puedan ir haciendo más cosas. Algunas quizá no puedan, al menos ofrecérselas y que ellos decidan», añade la madre. «Hay que visibilizar la parálisis, no cerrarla en casa. Hacerles ver a ellos y al resto que pueden hacer cosas normales. Como el resto». La puerta del surf, por lo pronto, ya se le ha quedado abierta.

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