Borrar
Directo Sigue la quinta etapa de la Itzulia
«El peligro de las etiquetas es creértelas e interiorizarlas como una parte de tu identidad, porque luego cuesta mucho quitarlas»

«El peligro de las etiquetas es creértelas e interiorizarlas como una parte de tu identidad, porque luego cuesta mucho quitarlas»

Leire Fernández

Martes, 31 de diciembre 2024, 16:08

La escritora Lucía Serrano enseña a los más pequeños a quitarse las etiquetas con su nuevo libro, 'Fuera etiquetas', en el que muestra que las personas no somos ni una, ni dos, ni tres palabras, sino muchas a la vez.

Imagen -

Lo primero de todo, ¿sabemos diferenciar entre etiquetas y adjetivos?

Es importante sí. Para hacer el libro lo primero que vino fue una reflexión sobre cómo explicaba a los peques qué era una etiqueta, porque el término etiqueta no lo tienen interiorizado.

A lo mejor la diferencia sería que una etiqueta es una palabra empleada muchas veces que reduce a la persona a una sola característica o a dos o a tres. Un adjetivo es descriptivo, se une a otros adjetivos, no reduce a la persona.

¿Y qué peligro tiene etiquetar a los niños?

Bueno, a los niños y a veces hasta a los adultos también, diría. Los adultos arrastramos etiquetas de cuando somos pequeños y además nos ponen otras. El peligro sería creértela, que a base de que te la digan acabes interiorizándola como una parte de tu identidad, porque luego cuesta mucho quitarla.

Cuando los peques son esponjas, absorben sobre todo lo que les decimos los adultos, que somos sus grandes referentes, y nos escuchan mucho decirles que son una cosa, seguramente acabarán pensando que es verdad, porque piensan que todo lo que decimos es cierto. Y luego quitarlas cuesta muchísimo, tanto si son etiquetas de las que ya localizamos que son negativas fácilmente, como si son esas otras palabras que parecen positivas en un principio, como puede ser responsable, persona tranquila, cuidadora,... que si las empleas como etiqueta puede acabar haciendo daño.

Entonces ¿también es peligroso aunque sean etiquetas 'buenas'?

Lo malo en sí sería emplear una palabra como etiqueta y decir que una persona es 'esto', porque al final lo que hace es esperar que esa persona se siga comportando de esa manera, ya sea de una manera positiva o negativa. En el libro, como la idea era explicarles de la nada qué significa el concepto de etiqueta, pues a lo largo de las primeras páginas va habiendo esta reflexión de que no siempre nos comportamos igual, no somos robots, entonces, si nos dicen que somos una palabra, es imposible que cumplamos esa expectativa, porque en algún momento nos comportaremos diferente.

¿Y qué podemos decirles para motivarles sin caer en etiquetarle?Porque es muy tentador lo de... ¡Ay, mi niña, mi niño, qué responsable es!

Sí, y es imposible no utilizarlas en algún momento. Es una revisión constante de lo que vas diciendo. Al final se trata de hablar mucho, detenerse, observar, sobre todo observar a la niña o niño que tenemos delante, recibir cómo son y en lugar de reducir a una sola palabra, que las conversaciones sean más extensas. Y luego, algo que también se dice en el libro, intentar evitar ese 'eres tal', sino describir lo que han hecho, 'esto lo has hecho muy bien, te felicito', 'veo que te has esforzado mucho', 'qué bien que estás satisfecha'. También preguntarles qué te hace sentir esto, pero que no sea tanto el decir eres algo, sino esto que estás haciendo, lo estás haciendo de esta manera.

¿Muchas veces lo más importante es cambiar el verbo ser por cualquier otro?

Sí, creo que sí. Tampoco tengo una fórmula mágica, pero escribo un poco de la experiencia como madre y la observación. Y luego, como autora, lo que sí que sé hacer es ponerme a hablarle a los peques de tú a tú y utilizar un lenguaje que les sea cercano.

Y cuando son otras personas las que ponen las etiquetas a nuestros hijos, ¿cómo les cortamos sin ser maleducados?

Pues yo creo que a base de práctica. Al principio sale borde y luego, poco a poco, vas encontrando las palabras... Igual que no estamos acostumbrados a revisarnos en el lenguaje tanto, pues tampoco estamos acostumbrados a poner esos límites.

Al final, es una reflexión que tenemos que hacer también hacia nosotros, yo creo que, como nos hablaremos con cariño, también hablaremos con cariño al resto y nos puede salir sin ser borde. Porque todo el mundo fallamos, es que no se trata de ir enseñando desde un lugar de superioridad.

A todos nos han tratado con etiquetas, nos han hablado así y lo llevamos, lo tenemos interiorizado, entonces es un trabajo conjunto.

Y ¿qué hacemos cuando nos etiquetamos nosotros mismos? ¿Terapia?

Sí, es que a veces es el peligro que tienen las etiquetas. Con trabajo personal te las puedes ir sacando, pero es verdad que algunas que te hayan podido poner de peque y ya se han convertido en una creencia de lo que eres, pues a veces hace falta terapia para sacársela.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elcorreo «El peligro de las etiquetas es creértelas e interiorizarlas como una parte de tu identidad, porque luego cuesta mucho quitarlas»