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Miquel Montoro, el chaval que defiende el agro

Miquel Montoro, el chaval que defiende el agro

En las redes a Miquel lo siguen más de 300.000 suscriptores en Youtube y aspira a seguir dedicándose a los animales y los cultivos cuando sea mayor

elena sierra

Martes, 17 de agosto 2021, 19:06

«Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro», describía Juan Ramón Jiménez en 'Platero y yo' al burrito al que solo había que llamar «dulcemente» para que se plantara ante el narrador con un «trotecillo alegre». Miquel Montoro, el niño instagramer mallorquín que se enorgullece de su vida payesa, de su vida de campo -y que aspira a seguir dedicándose a los animales y los cultivos cuando sea mayor-, no tiene a Platero: tiene a Menut, que es el más querido de entre todos sus animales (y no tiene pocos alrededor). Menut es un burro mallorquín, nacido en las montañas de la isla. «De pequeño era igual que un sherpa» y «Creció en medio de parajes bellísimos, espacios abiertos repletos de rocas y vegetación», razones por las que, cree Montoro, es tan tranquilo. «Estoy seguro de que le explicaban cosas y que él, dentro de su cabeza orejuda, soñaba con ser un gran escalador, un burro famoso».

Famoso sí que es, porque Miquel lo ha dado a conocer en sus redes sociales -que empezaron casi como un juego con uno de sus amigos y han terminado siendo un alegato a favor de la vida presente y futura en el entorno rural- y ahora en su libro 'Uep! Mis aventuras en el campo' (Planeta). En las redes a Miquel lo siguen más de 300.000 suscriptores en Youtube y bastante más de medio millón en Instagram. Su 'Hostia, pilotes' y el video de 'Ses taronges' o de cómo arreglar un tractor son ejemplos de los más de tres años de existencia de su día a día virtual, que es su día a día real: la comida rica, los productos de la tierra, la lengua en la que se expresa, las tradiciones de Mallorca, cómo sembrar y cuándo, las palabras del agro mallorquín, el aprendizaje de sus mayores. Vamos, la sabiduría popular volcada a la red por un chaval de 14 años que no se avergüenza de sus orígenes... Es más, que los defiende a capa y espada. «La gorra, el burro, la siembra o mis animales hicieron de mí un icono casi cultural. La cultura del campo, de los productos propios, del niño que quería ser payés en un país cada vez más urbano. Yo me sentí un poco Astérix, como si fuese una isla desierta que resiste en medio del mar», escribe, y reconoce que en más de una ocasión, antes de ser famoso, ese modo de ser le costó ser acosado en clase (en el libro hay un capítulo dedicado al bullying).

Es una cultura que se va perdiendo, y Miquel no quiere que desaparezca. «Me molesta que la gente joven no haya aprendido, en general, a apreciar las cosas de la vida, tanto las materiales como las que no lo son. Y no estoy hablando de las ciudades en contraposición a la vida en el campo. Me refiero a la pérdida de valores y a lo que significa el esfuerzo, que es verdad que es más común en el mundo rural porque todo cuesta más, y para sacar provecho de la tierra hay que trabajar mucho, y eso es algo que percibes desde que eres pequeño», explica este niño que nunca ha tenido videojuegos porque prefiere estar al aire libre, con los animales o en su tractor. Tractor fue, de hecho, su primera palabra.

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