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La pequeña Harmonie-Rose practicando gimnasia, una de sus pasiones. HOPE4HARMONIE
Harmonie, la niña sin extremidades que no entiende de límites

Harmonie, la niña sin extremidades que no entiende de límites

La pequeña, que ahora tiene seis años, perdió sus brazos y piernas con tan solo 10 meses por una meningitis, pero ha conseguido practicar gimnasia, comer y escribir, entre otras muchas cosas

Miércoles, 4 de noviembre 2020, 21:34

Justo unos días después de lanzarse a andar, algo no iba bien. La pequeña Harmonie-Rose, con tan solo diez meses, tuvo que ingresar en el hospital después de sufrir varios problemas respiratorios y tras ver como le empezaban a salir manchas oscuras por el cuerpo. El diagnóstico fue desgarrador: septicemia meningocócica. Una gravísima enfermedad que avanzó muy rápido y que estuvo a punto de acabar con su corta vida (los médicos solo le daban el 10% de posibilidades de sobrevivir), obligando a amputarle sus dos piernas y brazos, y también la punta de la nariz. Ahora, con seis años es la viva imagen de la lucha constantey del poder de superación.

Nacida en Bath, Inglaterra, su caso saltó a los medios ingleses, y pronto se organizaron subastas que llegaron a reunir más de 120.000 libras esterlinas para poder costear su rehabilitación, y las prótesis que ha ido utilizando desde que salió por primera vez del hospital, después de pasar allí varios meses. Todavía tiene que regresar a él a menudo. Le esperan unas cuántas cirugías periódicas al menos hasta que cumpla los 20 años, pero la pequeña Harmonie-Rose nunca pierde la fuerza y la voluntad.

Así que en los vídeos que habitualmente cuelgan sus padres en las redes sociales se la ve feliz y también en el perfil que han creado (Hope4Harmonie) para dar a conocer su historia y de paso recaudar fondos para tratar de mejorar tanto la calidad de vida de su hija como la de otros afectados por la meningitis. La pequeña es además desde hace unos días la embajadora más joven de la organización benéfica Meningitis Now, dedicada a combatir esta enfermedad.

Gracias a su perseverancia ha logrado practicar gimnasia. «Pidió hacerlo, y estábamos todos un poco expectantes al principio. Fue muy nerviosa a la primera clase, pero nunca miro atrás. Ella encuentra sus propias maneras de hacer las cosas», explicaba en una entrevista su madre. Sus vídeos dando saltos o volteretas han encandilado a miles de personas, incluida Simone Biles, la actual mejor gimnasta del mundo, que no ha dudado en compartir algunos de sus ejercicios.

Retos en el confinamiento

Freya, su madre, cuenta que tras salir la primera vez del hospital Harmonie se dio cuenta de que algo le había sucedido. «Se frustraba porque no podía coger sus juguetes, pero le duró muy poco, pronto quiso empezar a hacer cosas ella sola». Desde entonces, nunca se ha rendido. Con tres años consiguió comer sin ayuda de nadie, usando los hombros y las puntas de los brazos para sostener los objetos, también los lápices y las pinturillas con las que escribe y dibuja. Como una niña más.

El «milagro viviente», como le han bautizado en casa, que en pleno confinamiento se planteó llevar a cabo un gran reto, debido a la cancelación por el coronavirus del Maratón de Londres, previsto para el 26 de abril, en el que su intención era volver participar en una silla de ruedas empujada por sus familiares, para seguir haciendo visible la enfermedad. La pequeña decidió entonces realizar seis hazañas (como sus años), que consistían en lograr llevar a cabo algunas de las actividades que los médicos le habían dicho a sus padres que nunca conseguiría hacer por las secuelas de la enfermedad.

Harmonie completó 26 vueltas andando y corriendo alrededor del jardín de su casa, sin prótesis; dibujó 26 arcoíris y escribió esas mismas veces (en honor al día en el que estaba previsto realizar el maratón) «mantente seguro», cantó las 26 letras del alfabeto inglés (le habían dicho que casi con seguridad sufriría daños cerebrales), nadó y recogió 26 veces un plomo en una piscina pequeña, hizo 26 volteretas y consiguió dar 26 saltos de altura. Con ello recaudó casi 80.000 libras, demostrando una vez más que las barreras y los muros son solo algo que, muchas veces, están en nuestra cabeza.

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