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Los libros de la infancia de Alaitz Leceaga

Los libros de la infancia de Alaitz Leceaga

Maldiciones egipcias, el fantasma de un niño ahogado y un asesinato ‘para mayores’: la escritora bilbaína evoca tres títulos que la convirtieron en una «devoradora» de novelas

CARLOS BENITO

Lunes, 10 de febrero 2020, 00:45

Alaitz Leceaga sigue teniendo muy presente aquella fascinación infantil de abrir un libro como si fuese una puerta hacia lo desconocido. «Para mí, la lectura en la niñez y la adolescencia significaba viajar a lugares lejanos llenos de misterio o conocer a otros niños de mi edad que vivían aventuras increíbles: la posibilidad de vivir muchas otras vidas y experiencias. No he olvidado esa sensación que solía tener de niña, de pasar un buen rato perdida entre las páginas de un libro debajo de una manta», explica la escritora, nacida en Bilbao en 1982.

Su experiencia en talleres de lectura, tanto con niños como con adultos, la ha llevado a reflexionar sobre los resortes que empujan a los más pequeños hacia los libros o, al contrario, los vuelven refractarios a la experiencia literaria. ¿Algún consejo para padres? «Es importante dejar que los pequeños y jóvenes escojan sus lecturas, siempre entre libros adaptados a su edad, claro. Los niños y adolescentes, igual que sucede con los adultos, tienen sus propios gustos, y es difícil convencerles para que dediquen tiempo a leer una historia si no les interesa demasiado el tema del que trata la novela. Es interesante hablar con ellos antes, preguntarles por sus gustos y aficiones y buscar libros apropiados para ellos. También ayuda que nosotros nos leamos el mismo libro, para poder comentarlo después. De esta forma no solo conseguimos que lean, sino que además verán que la lectura es algo divertido de lo que pueden charlar con nosotros», apunta la autora de ‘El bosque sabe tu nombre’ y ‘Las hijas de la tierra’.

De todos aquellos volúmenes que Alaitz devoró de niña, estos tres dejaron en ella una huella particularmente profunda.

  1. Maria Gripe

    ‘Los escarabajos vuelan al atardecer’

«Lo leí por primera vez cuando tenía 11 años, porque era uno de los primeros libros de lectura obligatoria en el colegio. Me fascinó la historia de esos tres amigos que aceptan cuidar de una casa deshabitada durante un verano. Los niños protagonistas pronto descubrirán que allí suceden cosas inexplicables. Mientras exploran la misteriosa casa, se dan cuenta de la existencia de una planta especial y descubren un paquete de viejas cartas de amor en el desván. Es una novela llena de misterio, magia y melancolía, que habla de antiguas maldiciones egipcias, con una historia de amor trágico y esa sensación inolvidable de ser niño en verano. Me enganchó desde la primera página. Me gustó tanto que aún recuerdo el final y la sensación que tuve al terminar de leerla. Novelas como esta hicieron que yo fuera una devoradora de libros desde niña».

  1. Carlos Ruiz Zafón

    ‘El príncipe de la niebla’

«Cuando leí ‘El príncipe de la niebla’ tenía casi la misma edad que el niño protagonista, así que me resultó muy fácil ponerme en la piel del personaje y vivir la historia a través de sus ojos. La novela cuenta la historia de una familia que se muda a un pueblecito a orillas del Atlántico, huyendo de la ciudad y de la Segunda Guerra Mundial. Pero, en la nueva casa, todavía puede sentirse el fantasma del hijo de los anteriores propietarios, que murió ahogado en extrañas circunstancias. Es una historia que habla sobre dejar atrás la niñez, el paso a la madurez y el precio de los secretos. Tiene una trama llena de fantasía, misterio y toques de terror. Además, tiene un villano realmente malvado y difícil de olvidar. Es un libro muy entretenido, capaz de mantener pendiente al lector de principio a fin. ¡Perfecto para leer en invierno o en una tarde lluviosa!».

  1. Agatha Christie

    ‘Asesinato en el Orient Express’

«Fue el primer libro de Agatha Christie que leí y me encantó. Después de este, leí todos los libros de la autora que había en la biblioteca municipal. Recuerdo que fue el primer libro ‘de mayores’ que leí, aunque me parece una buena lectura para adolescentes. En un lugar aislado de la antigua Yugoslavia, en plena madrugada, una fuerte tormenta de nieve obstaculiza la línea férrea por donde circula el Orient Express. La historia la viviremos acompañando al detective Hércules Poirot, que aprovechará la parada inesperada para investigar a los ocupantes del vagón donde se ha producido un terrible asesinato del que todos son sospechosos. Es una historia muy recomendable para lectores jóvenes que buscan algo más ‘adulto’. Está muy bien ambientada y llena de detalles, a pesar de que toda la trama trascurre en un solo escenario. Escrita con un estilo entretenido y ágil, es una historia donde nada es lo que parece y que no pierde el interés en ningún momento. Además, tiene un final genial y muy difícil de olvidar».

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