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¿Tienes un hijo preferido?

¿Tienes un hijo preferido?

Según los estudios, el 70% de los padres lo tienen. Los vínculos y aficiones pueden ser algunos de los factores que lo motivan

Carlos Cienfuegos

Domingo, 27 de agosto 2023, 19:20

Es la cuestión que todos los hijos se hacen y que los padres niegan en todo momento, pero ¿se puede tener un hijo preferido? Sí y de hecho se tiene. Según los estudios, el 70% de los padres reconoce su predilección aunque, obviamente, no la manifiestan en voz alta. Y es algo normal. Los vínculos y compartir aficiones son algunas de las claves que motivan este efecto.

No hay que confundir amor y favoritismo. Una cosa es que se identifiquen más con uno y otra muy distinta querer más a un hijo o a otro. Sin embargo, la construcción de los pequeños hace que los progenitores los traten de forma distinta. «Al final ellos mismos se van relacionando de manera diferente y, por lo tanto, ese vínculo va a ser diferente», explica Jennifer Lavín, responsable de los centros Jennifer Lavín Psicología y Keiki Psikologia.

Es algo normal y no hay que interpretarlo siempre como algo negativo. Al igual que nuestras relaciones con nuestros amigos, compañeros de trabajo o de estudios no es la misma, también se da el caso en el propio hogar. «Esto va va a pasar siempre. No pueden vincularse de la misma manera con dos personas diferentes, es que es imposible. Claro que la visión es muy diferente, si se lo preguntas a los padres, o a los hijos». Una realidad que los padres ocultan como pueden, para no generar un malestar entre unos y otros y que les genera culpas.

«Para solucionarlo lo mejor es que compartan tiempo en familia, que puedan mediar un poco entre los conflictos de los hermanos, pero ahí sí que es importante que no haya favoritismos, que pare un poco ese conflicto, que lo trabajen, que trabajen las emociones, que les enseñe y les acompañe a poner en marcha sus recursos para cuando esto se dé en situaciones sociales», señala. El problema es que cuando esa afinidad es tan fuerte por uno que apenas comparte intereses con el resto puede darse el caso de que los padres solo quieran pasar tiempo con estos. «Lo ideal es que puedan ver las necesidades que tiene cada cada niño y puedan adecuarse un poco a a ellos. No se trata de la actividad en sí, sino el momento compartido y mostrar ese interés por ellos», asegura.

Estereotipos

Tener un hijo favorito en un determinado momento no quiere decir que esa relación no pueda cambiar. Según nos vamos desarrollando y vamos ocupando nuestro lugar en el mundo, nuestra mentalidad cambia y, con ello, nuestros intereses. Esto puede hacer que esta percepción cambie. «Suele pasar con las niñas que de pequeñas solo quieren estar con papá, pero cuando son adolescentes se van con su madre de compras, comparten más confidencias e intimidades…».

Una cuestión de estereotipos. A pie de calle siempre hablamos del «niño de mamá» y la «niña de papá», pero es cuestión de los progenitores acabar con esto. «Hay veces que lo he visto claro, incluso teniendo dos pequeñas, como el padre estaba más pegado a una de ellas». Hay familias que perpetúan estas posiciones por comodidad en las relaciones.

El problema está en que encuentren su lugar. Según los estudios los pequeños ocupan este lugar en la mayoría de las familias, pero los mayores también pueden colarse por ser los primeros. «El problema está en los medianos, que suelen tener dificultades para encontrar su lugar. Es algo que me encontrado en las consultas y que los padres deben trabajar», destaca Lavín.

Rivalidad entre hermanos

El favoritismo hacia los hijos puede provocar una reacción negativa de los contrarios, que puede ser muy distinta. «Depende la persona que sea». Sin embargo, uno de los temores es que se note esa predilección y genere una competitividad entre ellos. Lavín, que ha trabajado mucho con niños pequeños, asegura que «siempre hay esa rivalidad, aunque sea pequeña, y no tiene porque ser negativa. Cuando genera un conflicto en la familia, es cuando hay que tratar de abordarlo».

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