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Desaparecieron hace millones de años. Sin embargo, siguen muy 'vivos'. Sólo hay que echar un vistazo a la habitación de cualquier peque. En el edredón, en forma de muñeco, de cuadro, de cojín, en el pijama... si no es en un sitio, será en otro, pero por algún lado aparecerán. Eso seguro. ¿Por qué niños y niñas sienten fascinación por estos gigantes a los que nunca verán? «Todos los niños del mundo la tienen. Muchos expertos en psicología infantil han tratado de entender por qué», explica a este periódico la italiana Cristina Banfi, autora de 'La vida de los dinosaurios', un libro que explica a los chavales todo lo que hay que saber sobre sus adorados animales. ¿Pero desentraña el misterio de por qué la infancia es el terreno favorito de los dinosaurios? «Creo que, gracias a los dinosaurios, los niños se sienten más seguros al afrontar sus miedos inevitables. Y, al intentar saberlo todo sobre la vida de estos reptiles prehistóricos tienen la impresión de poder 'mantenerlos' mejor bajo control. En mi opinión, al convertirse en un 'amigo del dinosaurio', el niño siente que tiene un aliado a su lado, una especie de superhéroe que viene cuando lo llamas». ¡Y no para comerte!
Porque, además, los favoritos de los críos, según la escritora, no son los más pequeñitos o inofensivos. Que va. Son los más grandotes y fieros. «Por ejemplo, los colosales saurópodos a los ojos de un niño son inexpugnables. Y, entre los carnívoros, el T-rex ocupa el lugar de honor entre los dinosaurios más queridos -afirma-. Pero los niños de hoy quieren dinosaurios nuevos y están muy atentos a los últimos descubrimientos. Por lo tanto, también pueden presumir de conocer especies desconocidas para sus amigos, logrando aprender nombres a menudo impronunciables...». Cuántas veces hemos visto a auténticos enanos que casi no saben hablar pronunciar 'triceratops' 0 'gliptodonte' sin trabarse. Para ellos es casi un trabalenguas, un reto. Y por eso presumen de conocer estar palabras tan complicadas y no dudan en alardear de ello en cuento tienen público.
Y, aunque existe el tópico de que a los niños les gustan más que a las niñas, Banfi defiende que eso ha ido cambiando y que ella misma fue una niña enamorada de los dinosaurios y de todas sus facetas, desde cómo luchaban a cómo criaban a sus pequeñines. Pero, sin duda, lo que más interés suscita entre los peques -y entre muchos adultos- es su misterioso final. Para los más jóvenes es casi una historia de terror. ¿Cómo los reyes del planeta pudieron sucumbir? ¿Hasta los más grandes pueden acabar 'derrotados'? En el fondo, la historia de estos gigantes es una historia de humildad: se puede ser temible y poderoso, pero hasta así tienes puntos vulnerables.
Aunque la enseñanza más importante y más evidente es otra: si estos colosos desaparecieron, cualquier especie puede hacerlo. Por eso, si está en nuestra mano, debemos evitarlo. Porque muchas maravillas se van para no volver. «Los dinosaurios han dominado el mundo entero durante 160 millones de años, un tiempo muy largo en comparación con la vida del hombre. Sin embargo, el final también ha llegado para ellos». En este sentido, Banfi considera que para los niños «es importante saber que la Tierra tiene una historia muy larga detrás y ha albergado muchas especies animales e incluso vegetales que ya no existen en la actualidad. También es importante saber que las especies evolucionan, y los descendientes directos de los dinosaurios viven a nuestro lado: las aves».
Digamos que, como 'personaje educativo', el dinosaurio lo tiene todo para atraer a los más jóvenes: una estampa imponente, el misterio de su desaparición, diferentes tipos para que cada cual elija al 'suyo' y para entender características de cada cual... Y, bueno, aunque algunos son muy fieros, nunca tuvieron la oportunidad de comerse a ningún humano -son dos especies separadas por millones de años, cosa que algunos peques ignoran- , con lo que nos caen simpáticos. Y, según Cristina Banfi, son grandes 'profesores': «Nos hacen entender que la Tierra no es nuestra propiedad, como podríamos creer erróneamente. El ser humano y todos los seres vivos somos solo huéspedes que pasan. Por esta razón debemos respetarlos y preservarlos para aquellos que llegan después de nosotros». Desde luego, hay una lista de razones más larga que el cuello de un plesiosaurio para abarrotar de libros de dinosaurios las estanterías de la habitación de los peques.
Texto: Cristina Banfi
Ilustraciones: Giulia De Amicis. Es un libro muy visual. Para favorecer el aprendizaje incluye infigrafías, explicaciones claras y sencillas, líneas temporales, gráficos y escalas que ayudarán a comprender mejor los secretos más ocultos de estos fascinantes animales.
Páginas: 72
Edad: A partir de 8 años
Editorial: VVKIDS
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