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YOLANDA RUIZ
Martes, 26 de mayo 2020
Al tenor Andeka Gorrotxategi le ha tocado aprender a exprimir el tiempo que comparte con sus dos hijos de corta edad: Aran, de cuatros años y medio, y Olivia, de uno y medio. El momento dulce que vive en su carrera profesional le obliga a distanciarse de ellos por temporadas. Y eso duele. «Les echo mucho de menos», admite este cantante, que ha sido considerado coo una de las voces más importantes que han salido del País Vasco en el último medio siglo. Él, sin embargo, procura quedarse con el lado positivo de todo lo que acontece a su alrededor y admite ser «un privilegiado. Hay mucha gente que viene a trabajar aquí y deja a sus hijos en sus países de origen, eso sí que es duro».
Le compensa también que el tiempo que al menos comparte con ellos lo invierte al cien por cien y eso es una baza a su favor. Y le brinda también la oportunidad de que puedan viajar con él por distintos lugares del mundo. «Es enriquecedor que los niños puedan conocer otras culturas«, afirma el intérprete abadiñarra afincado en Garai.
El nacimiento de su hijo mayor le pilló en Salzburgo. Estaba previsto que naciera en la ciudad de la música pero la amenaza de un parto precoz obligó a su esposa a quedarse en Barcelona junto a sus padres. Andeka tenía programado asistir al parto, pero Aran se adelantó. Y vino al mundo justo el día en que su aita estrenaba 'El caballero de la rosa', un 20 de agosto. Fue un día agridulce en su vida. «Sentía la pena de no haber podido estar presente en el parto pero a la vez muy contento de que hubiera nacido», rememora.
Al día siguiente se trasladó a Barcelona para conocer al pequeño. La visita fue fugaz. Le esperaban una serie de funciones y debía regresar de inmediato. Pero en cuanto pudo se trasladó de nuevo a la ciudad condal para recoger al pequeño y a su esposa y regresar los tres a Salzburgo. Andeka recuerda que el trayecto en coche con un bebé que no podia volar por tener menos de un mes fue «toda una aventura. Tres días de viaje en coche, entreteniéndole como podíamos». Y a los dos meses de vida Aran ya ponía rumbo hacia Napolés. «La verdad es que ha recorrido medio mundo», admite este profesional del canto de la lírica desde hace siete años.
Con su segunda hija, Andeka decidió que «no podía perderme el nacimiento y quería ayudar a mi mujer, porque había otro niño pequeño en casa». Planificó sus actuaciones de modo que le permitieran quedarse en casa un mes antes del parto y otro más tras el alumbramiento de Olivia. El confinamiento le ha permitido disfrutar de «sus primeros pasos«, pero le ha obligado a cancelar tres producciones en Australia y Alemania. «Me iba desde finales de marzo a Australia para representar 'Madame Batterfly' y no volvía a finales de mayo. El 2 de junio retornaba de nuevo a Australia con 'Aida', que tenía previsto representar en Alemania hasta julio», lamenta este intérprete del canto lírico.
El virus ha truncado sus proyectos profesionales pero, a cambio, lleva varios meses disfru tando de forma intensa con su familia las 24 horas del día. Reconoce que con la vitalidad de los menores acaba agotado a primera hora de la noche. «El mayor se entretiene mucho, le encantan los coches, pero la pequeña quiere que le hagas caso constantemente. Le gusta estar con alguien y jugar», comenta. Es por ello que ha tenido que establecer un calendario con su esposa, a la que considera una «super heroína», para disponer cada uno de unas horas . Andeka dedica las suyas a ensayar, si bien su futuro laboral está en estos momentos «en el aire».
A finales de junio, aunque todavía desconoce la fecha, espera al menos pisar de nuevo el escenario. Será el del Arriaga. Participará en un concierto junto al pianista Rubén Fernández dentro del programa que el teatro bilbaíno prepara a fin de volver a la nueva normalidad«
Entretanto se siente muy cómodo en Garai. Y su viajero hijo Aran tiene claro que quiere «vivir siempre en Garai. Dice que es el pueblo más bonito del mundo« . Al pequeño no le falta razón, ubicado a las faldas del monte Oiz y rodeado del cresterío de la comarca, este pequeño pueblo del Duranguesado goza de unas espectaculares vistas.
Andeka, sin embargo, ha sido testigo de la fascinación que ha despertado en Aran disfrutar de 'Turandot' en la Ópera de Sídney (Australia), donde en 2017 obtuvo el premio como mejor actor de ópera. También le ha visto disfrutar con otras interpretaciones suyas. Recuerda que salió del teatro La Zarzuela de Madrid «cantando Txomin Amorebieta mientes como un ladrón» tras la puesta en escena de 'El caserío' el pasado año. Sin embargo, en cuestión de música, de momento le gusta «con marcha, como la de Jackson», comenta el tenor.
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