Crea espacios para guiar y conversar con tus hijos sobre consumo digital

Que cada vez dependamos más de nuestros dispositivos para distraernos, informarnos y relacionarlos con el mundo es una verdad de perogrullo. Sin embargo, nos cuesta aceptar que como padres somos un referente para nuestros hijos e hijas, no solo respecto al tiempo que pasamos frente a las pantallas sino al uso que hacemos de nuestros móviles, tablets y ordenadores. Según un estudio liderado por la Universidad Internacional de La Rioja UNIR, «los menores normalizan el uso de las redes sociales que perciben en sus padres».

«Los padres y madres son los principales proveedores de tecnología digital para sus hijos y, al mismo tiempo, representan el primer y más importante ejemplo de cómo usarla», explica Beatriz Feijoó Fernández, vicedecana de Investigación en la Facultad de Empresa y Comunicación de UNIR y primera firmante del estudio, en el que también figuran como autoras Adela López Martínez, vicerrectora de Estudiantes de UNIR, y Charo Sádaba, decana de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra.

Las investigadoras constatan que la excesiva dependencia de las redes sociales de los padres inquieta a los hijos, «que tienden sin embargo a aceptar este nivel de uso porque lo ven en sus progenitores». Y es que padres y madres son los espejos en los que se reflejan los más jóvenes y a quienes recurren para resolver sus dudas y contrastar información.

El estudio, realizado a través de entrevistas con jóvenes entre 11 y 17 años de diversos centros educativos y perfiles socioeconómicos revela que, aunque en general los participantes se sienten «superiores» en cuanto a su conocimiento de las plataformas, buscan «la seguridad y el acompañamiento crítico de sus padres ante ciertos contenidos», algo que sucedió especialmente durante la pandemia. En este sentido los padres ejercen de «nexo entre los menores y los medios de comunicación tradicionales», señalan las autoras.

Al mismo tiempo los entrevistados señalaron que los grupos de familia de WhatsApp son los canales por los que reciben más noticias falsas, en parte por la falta de «criterio digital» que perciben en los miembros de su familia con más edad, como los abuelos, a los que ven más indefensos ante bulos y engaños en redes sociales.

Los jóvenes que participaron en la investigación manifestaron que aunque el tiempo de conexión y el acceso a ciertas plataformas son los aspectos que más preocupan a sus padres, éstos no ofrecen una medida alternativa más que la de limitar el horario que dedican a las pantallas, lo que termina por convertirse en un conflicto que afecta a las relaciones interfamiliares.

El estudio arrojó también otras conclusiones, como que los menores tienden a contar con dos perfiles en la misma red social: uno más formal en el que tienen como contactos a familiares y allegados; y otro bajo pseudónimo para relacionarse con sus amigos más cercanos. Las investigadoras explican que aunque parezca que en el contexto digital no se produce un intercambio natural entre padres e hijos, durante la pandemia los dispositivos digitales sirvieron para conectar a los miembros de las familias a través de retos virales, episodios de creación y entretenimiento, por lo que convendría seguir explorando estas prácticas de mediación parental activa.

Por eso aconsejan a los padres y madres fomentar espacios para conversar sobre el consumo digital con sus hijos, hacer un ejercicio de autocrítica y reflexionar sobre la imagen y los ejemplos que transmiten a su prole; interesarse por las rutinas digitales de los menores, conocer a los influencers, tendencias y creadores de contenido que siguen, y conocer sus gustos ya que esta escucha activa genera un clima de confianza para que los menores compartan sus inquietudes con respecto a lo consumen en la red.

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