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Cambiar de cole… ¿es la solución?

Cambiar de cole… ¿es la solución?

Ante un fracaso escolar o para que se rodee con otro grupo de amistades algunos padres se plantean matricular a sus hijos en otro centro

Adriana Carrillo

Jueves, 11 de mayo 2023, 22:17

Aunque ya ha pasado el periodo de matriculación en los centros públicos y concertados de Euskadi, muchos padres y madres siguen sopesando la opción de cambiar a sus hijos de colegio -ahora que el curso está en la recta final y pueden hacer un balance del último año escolar contando con más información- y aprovechar la ventana que se abre para recurrir las listas definitivas. Sin embargo, los expertos recomiendan valorar todas las opciones antes de tomar cualquier decisión y recuerdan que permanecer en el mismo centro durante todas las etapas educativas fortalece la confianza emocional y la seguridad del pequeño.

«Es interesante que los niños vivan su escolaridad como parte de sus biografías... Puedes pasar de largo en un centro educativo o vivir experiencias que te las llevas para siempre. Que tengan una continuidad les proporciona confianza y la posibilidad de desarrollar lazos afectivos estables y seguros con la comunidad educativa. Además, permite a la familia crear un vínculo con la comunidad educativa», explica la orientadora María Campos, del máster de Orientación Educativa, Ciclos Vitales y Familiares de la UNIR. «También es verdad que puede verse como una oportunidad, que en muchos casos es consecuencia de una casuística familiar, para que el niño o la niña descubran otros entornos o personas que les pueden resultar enriquecedores», matiza.

«Que los niños tengan una continuidad en un centro escolar les ayuda a desarrollar lazos afectivos estables y seguros con la comunidad educativa»

Adaptarse antes que cambiar

Campos, que cuenta con 23 años de experiencia apoyando a padres y madres en la crianza de sus hijos, señala que «el cambio es una opción más pero no tiene que ser la primera. Tenemos que educar a nuestros hijos en la capacidad de adaptarnos a los contextos y situaciones a las que nos enfrentamos. Estos desafíos son una oportunidad para crecer como personas, para reforzar la adaptación y la aceptación. Cuando las cosas se complican hay que buscar soluciones, pero me preocupa que se contemple el cambio de un centro educativo como si se tratara de una extraescolar. No podemos educar a los niños en esa cultura de 'usar y tirar'», continúa.

¿Qué pasa si no aprueba el curso?

Cuando hay una repetición de un curso es importante analizar cómo se siente el niño, si lo vive como un fracaso y prefiere cambiar de centro. «Si es por una preferencia personal porque el niño o adolescente lo pide porque quiere empezar en un contexto nuevo no sería contraproducente un cambio de centro, al contrario, para el niño sería una oportunidad de crecer en otro entorno y que sea valorado desde otro punto de vista, no solo desde la evolución académica», explica la orientadora.

«Cuando algo no ha sido gestionado de manera adecuada viene bien un cambio de aires para que el niño sea valorado de otra manera. A veces es el propio centro educativo el que recomienda el cambio porque no ha podido llegar al niño o no han sabido acertar. En esos casos el cambio de centro es una oportunidad porque no se ha sabido llevar una gestión adecuada», puntualiza Campos.

Compañeros tóxicos o poco convenientes

Muchos padres y madres sienten que sus hijos no aciertan con las amistades o las consideran tóxicas o poco convenientes. «Si cambiar de centro está motivado por esta razón, el niño o adolescente se sentirá amenazado. Si no nos gusta del todo los amigos que ha escogido es mejor abrirles otros escenarios para relacionarse con sus iguales porque en otro colegio esta situación puede repetirse», sugiere. Además, la experta subraya la importancia de enseñar a los niños a saber gestionar bien las relaciones sociales y darles herramientas para que desarrollen habilidades sociales, para que sepan manejar la influencia social, así como darle oportunidad de que desarrollen relaciones diversas.

«Las relaciones sociales no solo se construyen en el colegio, también hay extraescolares, deportes, grupos de Scouts… Hay actividades más allá de la jornada escolar para que el niño se enriquezca y construya otras relaciones. Es verdad que cuando se dan situaciones arriesgadas o el niño ha cambiado su comportamiento o está sufriendo por el tipo de relaciones que vive tendríamos que tomar una decisión drástica como puede ser un cambio de centro. Pero como primera opción tampoco es positivo porque podemos transmitirles el mensaje de que cuando algo va mal entonces se tiene que cambiar de centro. Los niños tienen que saber adaptarse», insiste la experta.

Una última recomendación… Reforzar las habilidades sociales

Cada familia debe saber lo que quiere para sus hijos en función de sus estilos, hábitos y valores y le corresponde a los padres, no al centro, reforzar las habilidades sociales de sus hijos. «No podemos ayudar a nuestros hijos si no les dedicamos tiempo, si no les escuchamos, si no sabemos lo que les pasa. Es nuestra tarea como padres y madres enseñarles a tener criterio, a saber decir que no, a quererse por encima de la aceptación del otro. Es verdad que los padres y madres necesitan ayuda para educar y orientar a sus hijos en una sociedad con grandes desafíos y cada vez más compleja a nivel de relaciones humanas como la que vivimos, pero la pauta antes de plantearse ningún cambio es empezar por una buena comunicación, no juzgarles, no reñirles cuando no están contando que han hecho algo mal. Los niños necesitan sentirse acompañados y no sentirse solos», puntualiza Campos.

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