Cuando el botiquín de casa se convierte en una verdadera amenaza

La práctica de combinar medicamentos o sustancias tóxicas en sustitución de drogas de diseño puede estar al alcance de los adolescentes a través del botiquín familiar. ¡Cuidado! ¡Peligro! María del Carmen Mañas es coordinadora del Máster Universitario en Neuropsicología y Educación de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) e investigadora del Grupo de Adicciones Comportamentales (GIAC) de UNIR y alerta de que es más común de lo que se piensa «combinar medicamentos o sustancias tóxicas en sustitución de drogas de diseño».

- ¿Entonces, el botiquín familiar puede ser una bomba de relojería?

- Sí, puede serlo, y no siempre somos conscientes de ello. Este se puede llegar a convertir en la primera fuente de experimentación. Muchos medicamentos tienen propiedades psicoactivas que los adolescentes, por curiosidad o presión social, pueden probar sin conocer los riesgos. Por ello, es fundamental almacenar los medicamentos de forma segura, controlar su uso y desechar aquellos que ya no sean necesarios para evitar tentaciones o acciones indebidos.

- ¿Es habitual combinar medicamentos o sustancias tóxicas en sustitución de drogas de diseño?

- Sí, es más común de lo que se piensa. Los adolescentes y jóvenes, en búsqueda de efectos eufóricos o de escape, pueden recurrir a la mezcla de medicamentos de fácil acceso con alcohol o sustancias ilegales. Este tipo de práctica se ha incrementado con la percepción errónea de que los medicamentos son más seguros que las drogas de diseño, ya que son productos legales y suelen encontrarse en casa.

- ¿Qué peligros puede acarrear esta práctica?

- La combinación de medicamentos con alcohol u otras sustancias recreativas puede potenciar efectos adversos, generar interacciones químicas peligrosas y derivar en situaciones de intoxicación severa. Las mezclas pueden imitar los efectos de drogas de diseño. Esto incrementa el riesgo de sobredosis y daños irreversibles, como fallos hepáticos, problemas neurológicos o incluso la muerte. Además, esta práctica suele indicar la búsqueda de nuevas sensaciones, lo que puede evolucionar hacia adicciones más complejas.

- ¿Cuáles son los medicamentos con efectos intoxicantes?

- Los medicamentos más asociados con efectos intoxicantes son los opioides (como la codeína o el tramadol), las benzodiacepinas (como el diazepam o el lorazepam) y algunos antihistamínicos con propiedades sendantes (como la difenhidramina). Estos fármacos afectan el sistema nervioso central, produciendo relajación, euforia o sedación, efectos que los adolescentes pueden buscar de manera recreativa. También ciertos jarabes para la tos que contienen codeína pueden ser objeto de abuso debido a sus propiedades psicoactivas.

- ¿Tienen potencial adictivo?

- No todos los medicamentos tienen potencial adictivo, pero los opioides y las benzodiacepinas destacan por su capacidad para generar dependencia física y psicológica rápidamente. Estos medicamentos pueden crear tolerancia, lo que lleva a un consumo progresivamente mayor para lograr el mismo efecto. Los adolescentes son especialmente vulnerables a este proceso debido a su etapa de desarrollo, que los hace más susceptibles a las conductas de búsqueda de recompensa y a la consolidación de patrones adictivos. Por ello, es crucial evitar que tengan acceso a supervisión a este tipo de medicamentos.

El potencial adictivo de un medicamento o sustancia depende de su capacidad para activar el sistema de recompensa del cerebro, generando sensaciones placenteras o de alivio inmediato, lo que refuerza el deseo de consumirlo nuevamente. También incluye la rapidez con la que actúa, su capacidad de generar tolerancia (necesidad de dosis mayores para lograr el mismo efecto) y los síntomas de abstinencia que aparecen al dejarlo. Factores individuales, como la edad, el entorno social y la predisposición genética, también juegan un papel clave, siendo los adolescentes especialmente vulnerables. Además, el contexto y la frecuencia de uso incrementan el riesgo, especialmente cuando se emplean para manejar emociones o escapar de problemas.

- ¿Cómo podemos detectar el consumo y mal uso de medicamentos con fines recreativos entre los adolescentes?

- Como profesional en adicciones, aconsejo prestar atención a cambios significativos en su comportamiento, como aislamiento, deterioro del rendimiento académico o cambios bruscos de humor. Físicamente, síntomas como somnolencia extrema, pupilas dilatadas o alteraciones en el habla son indicativos. También es clave observar si desaparecen medicamentos del botiquín o si hay envases vacíos sin explicación. El diálogo abierto y sin juicios es fundamental para detectar y abordar el problema.

- ¿Es recomendable sentarse con el adolescente y advertirle de los problemas que puede acarrear tomar sin ton ni son medicamentos?

- Definitivamente. Mantener un diálogo abierto y empático es esencial. Es importante que los adolescentes comprendan los riesgos asociados con el mal uso de medicamentos, no solo a nivel físico, sino también psicológico. Explicarles de manera clara, sin alarmismo excesivo, puede ayudar a que tomen decisiones más conscientes. La clave es crear un espacio de confianza donde se sientan escuchados y comprendan que las advertencias no buscan limitar su libertad, sino proteger su bienestar.

- Porque es necesario tener botiquín en casa...

- Sí, es necesario contar con un botiquín en casa, pero debe manejarse con responsabilidad. Un botiquín bien organizado permite atender emergencias menores de manera rápida. Sin embargo, es fundamental asegurarse de que esté fuera del alcance de los adolescentes y que se lleve un control riguroso de los medicamentos disponibles. Además, es recomendable revisar periódicamente el contenido para desechar los medicamentos caducados o innecesarios.