Amanda Sampedro, capitana del Atlético de Madrid: «Eché en falta referentes»

La futbolista Amanda Sampedro, la capitana del Atlético de Madrid, vive a tope el fútbol, pero cuando ve cómo juegan las niñas -cuando acude a un campus, cuando la llaman para algún evento relacionado con la práctica deportiva-, solo puede echar de menos «toda esa naturalidad de salir al campo y disfrutar, sin nervios, del partido y que pase lo que tenga que pasar. Esa ilusión, esa humildad. Yo sigo disfrutando, pero hay una responsabilidad profesional que me hace vivirlo de otra manera».

Esa capacidad de disfrutar del juego la tuvo durante muchos años cuando ella misma era pequeña, mucho antes de ser capitana. Se recuerda jugando al fútbol todo el tiempo: en casa con su padre, en el parque, en el colegio, en la calle, en su equipo infantil. «Las 24 horas». Y es lo que le ha dado a Mandy, la protagonista del libro que acaba de publicar en el sello Martínez Roca, de Planeta. 'Campeona', con ilustraciones de Doyague, no es su historia -ya habrá tiempo para escribir su biografía más adelante, dice- pero sí que se parece mucho. Porque Mandy, como ella misma, solo quiere darle patadas al balón. Y aunque parece tan sencillo como eso, como hacerlo -«si tienes talento, hazlo», anima Sampedro-, hay algunas cosas, o más bien personas, que lo complican un poco. «Yo en el campo he escuchado de todo. Desde lo más positivo, con la gente gritando enhorabuena y apoyando, a esos otros que les gritan a sus hijos que cómo pueden dejar ir a una niña, como si no hubiera frustración más grande que esa. ¡Pero que somos fubolistas igual! Hay que darle normalidad y acabar con el género en el deporte. Que cada niño y cada niña hagan lo que les apetezca».

A Mandy le dicen que corre como una niña, que si le dan tanto juego es porque es la única niña del equipo, que si le aceptan una falta cometida por el contrario es porque ella es una niña... y llega un momento en el que la invitan a irse del equipo mixto en el que juega con sus amigos de clase porque no hay futuro para ella en este deporte. «Pero si cuando eres pequeña solo piensas en disfrutar, no en una carrera en el futuro... Te da igual: quieres estar con el balón». También le dicen que si sigue con ellos -solo tienen ocho años, ojo-, van a ir apareciendo más obstáculos en su camino, como que no haya vestuarios separados para ella o que llegue a una categoría en la que ya no pueda jugar con sus colegas. Así que mejor que se dedique a otra cosa. «Yo tuve mucha suerte, el apoyo total de mis padres y de mis compañeros, y eso no lo viví. Pero mi madre siempre me ha hecho ver que el fútbol femenino no es como el masculino, que tiene menos repercusión y que debía estudiar para tener algo más», explica Sampedro, que es graduada en Fisioterapia y ha cursado un Máster en Nutrición Deportiva y un MBA en Gestión Deportiva.

Con el Atlético ha ganado tres ligas, una Copa de la Reina y una Supercopa, y ha sido campeona de Europa sub17 y subcampeona de Europa sub17 y sub19, además de tener un Bronce Mundial sub17 y de ser internacional con la selección absoluta. Y toda esa trayectoria, ese empeño desde cría, ha sido posible sin tener referentes femeninos en una disciplina netamente masculina. Nació en 1993, así que cuando ella empezó a darle patadas al balón solo podía aspirar a parecerse a futbolistas como Fernando Torres y Carlos Aguilera. «Quería escribir este libro para que otras niñas puedan sentirse identificadas. Ahora el fútbol femenino puede verse en la televisión, pero todavía no hay libros. Yo eché en falta esos referentes y tengo claro que son importantes. Cuantas más juguemos, más jugarán».