Francisco Javier Zubillaga Zubimendi

Deja un grato recuerdo entre sus amistades, alumnos y compañeros de trabajo. También de su paso juvenil por los veraneos de Zarautz y del Campamento de la Milicia Universitaria La Forestal, en Rota (cuando todavía no existía la base naval hispano-americana), para estudiantes de Ingenieros Industriales de las Escuelas Especiales de Bilbao, Barcelona y Madrid. Su mundo académico con catedráticos y alumnos, y el sector músico-operístico en el que encajó perfectamente en la tradición de su familia política, grandes impulsores de la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO).

Fue de los pocos privilegiados que logró superar los difíciles exámenes de ingreso en la Escuela de Ingenieros de Bilbao, unas oposiciones que superó al primer intento.

Su inteligencia, brillantez expositiva y claridad de conceptos hizo que siendo todavía estudiante acompañara a muchos compañeros a preparar las asignaturas durante los cursos, lo que pronosticaba su futura dedicación a la enseñanza desde su Cátedra de la Escuela de Ingenieros Industriales, formando futuros técnicos superiores para la industria.

Supo aunar dos tradiciones, la de magníficos ingenieros y empresarios de su propia familia a los de la familia de su mujer, de navieros importantes vinculados al desarrollo del puerto de El Abra de Bilbao.

Quiero transmitir mi pésame a su mujer, hijos, nietos y a toda la familia consternada por la repentina muerte de Javier.