Jaime del Castillo, un economista vocacional

Por sorpresa, víctima de un accidente cerebral, falleció el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad del País Vasco Jaime del Castillo (Santander, 1950); durante años un estrecho colaborador de EL CORREO. La muerte le sorprendió en Santander, su ciudad natal y a la que acudía con frecuencia en sus periodos de vacaciones.

Del Castillo nació en una familia de empresarios de Santander vinculada al mundo del automóvil y se doctoró en Ciencias Económicas en la Universidad del País Vasco, para realizar más tarde estudios de postgrado en la Universidad de Grenoble. Siempre tuvo claro que sus numerosas inquietudes le llevarían a mantener un cuidado equilibrio entre la docencia y el trabajo en la actividad privada, con la economía como eje central de su vida y muy vinculado al desarrollo regional, del que hace décadas era considerado un experto internacional.

Casado y con dos hijos, siempre fue una persona inquieta e incluso mantuvo una incipiente actividad política en los albores de la transición democrática, desde las filas del Partido Comunista de Euskadi. Su vertiente académica le llevaría a obtener la cátedra de Economía Aplicada de la UPV, tras haber sido profesor de Economía en los primeros años de la Facultad de Ciencias de la Información. Jaime trabajó en la SPRI del Gobierno vasco, en los inicios de esa sociedad que en su momento se configuró como el instrumento para actuar en la reconversión industrial tras la crisis de principios de los años 80. También trabajó para el Gobierno vasco como asesor externo durante la legislatura del socialista Patxi López.

Aquella etapa en la SPRI le llevó a especializarse en el estudio de las economías regionales y también de los planes de actuación para incentivar el crecimiento económico, con una sensibilidad muy especial para centrarse en las zonas del mundo más desfavorecidas. Fruto de esa inquietud creó la consultora Infyde, que aún presidía, desde la que realizó trabajos internacionales sobre desarrollo regional por encargo de instituciones de la talla del Banco Mundial o de la Comisión Europea, a la que estaba adscrito como uno de los consultores de referencia.

Autor de numerosos artículos de prensa, fue el impulsor y coordinador de El Club Económico de EL CORREO, un foro de debate dedicado al análisis de la actualidad en el que era habitual la presencia de ministros, responsables de carteras económicas del Gobierno vasco, empresarios y sindicalistas.

Conversador incansable e imbatible, Jaime del Castillo era capaz de sincronizar un pensamiento a menudo radical -una de sus señas de identidad-, con una exposición moderada, siempre educada y teñida con maneras de lord británico y un permanente sentido del humor. Una clara señal de su inteligencia era su irrenunciable afición a reírse de sí mismo.

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