Urgente Grandes retenciones en la A-8, el Txorierri y la Avanzada por la avería de un camión
Imagen de Katy Campo en la galería de arte Iradier. RAFA GUTIÉRREZ
Obituario

Katy Campo, amiga del arte, sencilla, discreta y laboriosa

El pasado 28 de junio nos dejaba la responsable de la galería de arte Iradier 9

Martes, 5 de julio 2022

La historia reciente en esta ciudad con las galerías de arte resulta bastante áspera. Se requieren años de dedicación a proyectos con la idea de que gusten, con la esperanza también de encontrar un éxito que si aparece será siempre relativo, anhelando mientas tanto si ... se podrá rentabilizar de alguna manera el esfuerzo realizado. La tarea ha de ser necesariamente vocacional. La demanda del mercado en esta disciplina, muy familiar: condicionalmente escasa, otoñal más que primaveral. No hay galerías, faltan, pero resulta mucho más triste ocuparse de las personas que van desapareciendo a unas edades todavía por celebrar la vida. El pasado 28 de junio nos dejaba Katy -Catalina- Campo Alonso a los 67 años, responsable de la galería de arte Iradier 9, establecimiento que estuvo situado en la esquina con la calle San Antonio, frente al edificio de Pando Argüelles.

Publicidad

Mujer discreta, comedida, afable, nada sobreexpuesta, nada de ir a la carrera, pero siempre eficiente con los medios de comunicación -así la recordamos, así nos trató en nuestras tareas radiofónicas-, sencilla y laboriosa, Katy Campo regentó durante trece años su galería desde que la estrenara en noviembre de 2001 con la muestra individual dedicada al pintor Manu Deop. Un puñado de firmas locales frecuentó este recinto entre las que recordamos a Víctor Ugarte, Nacho Lascaray -ambos volvieron en distintas ocasiones- y David Partida, a los bilbaínos Julián Momoitio y Eusebio Güenaga, los guipuzcoanos Luis Lascurain y Juan María Burguera, el riojano Luis Burgos, el salmantino de Ciudad Rodrigo Jesús Coyto, el madrileño Juan Antonio Falcó -fantásticos sus paisajes sobre el bosque de Irati-, los andaluces José Arjonilla y Raimundo Martín, el ilerdense Antonio Collado…, así hasta completar una nómina que nutrió la programación durante esas trece mencionadas temporadas.

La planta inferior de la galería albergaba pequeñas colectivas, obras de diversos autores. En el verano de 2008 se introducen una serie de mejoras en el establecimiento con el propósito de aprovechar los espacios interiores y potenciar la exhibición de obra, así como las vistas desde los mismos escaparates. Siempre estuvo Katy Campo orientada en su labor hasta el final de esta aventura. Halló estímulos y disfrutes para avanzar. Fue razonablemente crítica con el entorno local, sobre todo con el institucional, pero con respeto, sin aspavientos y sin excesivas ganas de rebatir en público con polémicas altisonantes.

Aunque atendió y respetó con Iradier 9 cualquier propuesta artística aceptando credos estéticos diversos, cierto es que apostó preferentemente por una línea figurativa aunque sin asentarse en una uniformidad de criterios. La formación de esta mujer era generalista a la hora de apreciar las manifestaciones artísticas, esfuerzos que en ella derivaban en una empresa común. El éxito de Katy Campo Alonso fue encontrar respuestas en el trabajo, en un camino que desarrolló individualmente, en una manera de estar y en un buen ánimo.

Sí; el mundo de las galerías es, en el mejor de los casos, de nubes soleadas, de días templados. Nubes que pasan y se esfuman. Ningún cielo asoma infinitamente. Un alto, una breve parada en el camino. La vida continúa, hasta que no. Hasta que nos aparta definitivamente el silencio. Pero queda una historia que contar, unos pliegues en la memoria. Mientras, recordamos los tiempos transcurridos no hace tanto. Adiós, Katy, adiós.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Accede todo un mes por solo 0,99€

Publicidad