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Iñigo Urkullu no había tomado la palabra hasta ahora en la campaña electoral. Lo ha hecho la tarde de este sábado por primera vez para reivindicar «la buena salud» de Euskadi a base de indicadores socioeconómicos, para mostrarse «orgulloso» del legado que deja tras casi ... doce años como lehendakari, y para alentar el miedo al 'sorpasso' de EH Bildu. Como vienen haciendo durante los últimos días los principales referentes del PNV, ha advertido de que el 21-A «está en juego la calidad de vida» porque el modelo de bienestar social «no está garantizado» si la coalición soberanista se hace con el poder.
Urkullu, que sí va a prodigarse en más mítines a partir de ahora, ha bendecido a Imanol Pradales como posible sucesor en un acto en Getxo al que ha acudido la plana mayor del PNV vizcaíno y sus principales representantes orgánicos e institucionales –Itxaso Atutxa, Juan Mari Aburto, Elixabete Etxanobe, Aitor Esteban...– así como los integrantes de la plancha que acompañará al candidato a la Lehendakaritza.
El de Algorta es un encuentro clásico en las campañas jeltzales al que este año se ha añadido la presencia de un dúo de humoristas. Un prólogo en el que se ha venido a sugerir lo mismo que los políticos que han tomado la palabra después: que EH Bildu trae un modelo «peligroso» y un futuro «con nubarrones». Ha sido con gracia, pero los cómicos han lanzado que «lo nuevo está sobrevalorado» y que «no es lo mismo una magdalena o un yogur de siempre que un cupcake o un preparado de soja».
Frente a las encuestas que auguran un empate técnico o incluso una victoria en votos y escaños de la coalición soberanista, el PNV ha decidido pisar el acelerador y elevar el tono contra EH Bildu en los días que quedan para pedir el voto. Hoy se ha escuchado a los diferentes oradores asegurar que los soberanistas «no han remado a favor de la construcción del país» y que «viven en la política del no: se opusieron al Guggenheim, al metro, al tranvía de Vitoria, al Basque Culinary Center... ¿alguien se imagina la Euskadi que tendríamos ahora si hubiesen decidido ellos?
El primero en mostrarse crítico ha sido el lehendakari, que ha pedido al electorado «confianza para seguir construyendo y mejorando Euskadi» y ha defendido el «nacionalismo democrático» frente a «los populismos de los extremos». Luego ha sido el turno de Andoni Ortuzar, a quien de los sondeos «solo» le interesa la cifra de indecisos, en torno al 25%. «Ellos son la clave», ha dicho, «son como nosotros, pero tienen dudas». El presidente del Euzkadi buru batzar ha llamado a afiliados y simpatizantes a patearse las calles en busca de aquellos que dudan, «acercarnos a ellos y conseguir su apoyo». Y a los propios indecisos les ha pedido «que sean críticos» con el proyecto jeltzale, «que sean exigentes y nos pidan más... pero que voten».
En Sabin Etxea estiman que una abstención muy elevada beneficiaría a EH Bildu, que tiene al electorado más fiel según la demoscopia, y que movilizar a esa bolsa de votantes que se lo sigue pensando sería un aldabonazo definitivo para llevar a Pradales a Ajuria Enea. Ortuzar también ha hecho un poco de autocrítica. «Claro que hay cosas que se deben mejorar y lo vamos a hacer, pero nuestra calidad de vida es buena por mucho que algunos lo pinten todo horroroso».
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