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Los socialistas aspiraban a tener nuevamente la llave del próximo Gobierno vasco, y la van a tener tras obtener su mejor resultado en más de ... una década. Los 12 escaños logrados ayer, dos más que la última lesgislatura, sitúan al PSE-EE en disposición de ganar peso en el nuevo Gobierno de coalición con el PNV e incidir más en su hoja de ruta. Influencia. A eso aspiraba Eneko Andueza, que anoche ya abrió la puerta a hacer lehendakari a Imanol Pradales. No existe alternativa posible en tanto en cuando EH Bildu no condene el terrorismo de ETA, como ha repetido hasta la saciedad el candidato socialista durante la campaña.
Aunque Andueza no ha querido dar por hecho durante el carrusel de mítines de las últimas semanas un posible acuerdo con el PNV, por eso de presentarse como alternativa y por marcar distancias con el nacionalismo, la vía parecía clara. El PSE-EE ha cimentado su campaña en reivindicar su espíritu pactista -«lo llevamos en el ADN»- y el objetivo prioritario de aportar estabilidad a las instituciones vascas. La fórmula está hiperensayada durante los últimos ocho años tanto en el Ejecutivo autonómico, como en las tres diputaciones y en decenas de ayuntamientos.
La diferencia respecto a otras ocasiones es que el PSE-EE llegará a la mesa de negociación con fuerza renovada. Con la posibilidad de 'vender' más caro su apoyo al PNV. Ganar presencia. Los socialistas obtuvieron ayer 149.000 votos que les convierten en la tercera fuerza del Parlamento, igual que en las dos últimas autonómicas, pero mejorando registros respecto a ambas citas. En las de 2020, marcadas por la pandemia, se quedaron en algo menos de 122.000 apoyos y en las de 2016, las de la fulgurante irrupción de Podemos, en poco más de 126.000.
La primera conclusión es por tanto que el PSE-EE gana un considerable peso en el tablero político vasco. Andueza logra al primer intento superar los registros de su predecesora, Idoia Mendia, y revierte la tendencia a la baja. Los socialistas ganan apoyos por primera vez desde 2012, la tercera y última vez en la que el candidato a lehendakari fue Patxi López. Por primera vez en todo este tiempo la formación crece también en porcentajes. Ayer se quedó con el 14,24% de los sufragios.
En el cuartel general del PSE-EE hubo anoche gritos de alegría y euforia. El resultado mejora el que pronosticaban la mayoría de encuestas y se acerca más a los 'trackings' que manejaba la formación, que auguraban entre 12 y 13 escaños, Públicamente Andueza y su equipo se habían marcado el objetivo de movilizar a todos esos electores que llevaron a los socialistas a ganar las generales en Euskadi el pasado verano, pero era de sobra conocido que la pugna vasca es otra historia.
El 'efecto Sánchez' sigue existiendo, pero en menor medida pese a la presencia constante del presidente del Gobierno durante la campaña. Con todo, el PSE-EE sale reforzado. De hecho, no nota el desgaste que supone haber formado parte de los dos últimos gobiernos de Euskadi, una cuestión que sí ha hecho mella considerable en el PNV. La apelación a concentrar el voto de izquierda de Andueza también parece haber tenido cierto predicamento vista la debacle de Podemos y Sumar. No todos sus votantes se han ido a EH Bildu o a la abstención. Los socialistas ganaron ayer apoyos en los tres territorios.
Si nos referimos a los escaños, a expensas de que el voto extranjero no cambie el reparto del último asiento en el Parlamento que se disputa en Gipuzkoa -ahora mismo se lo queda el PSE-EE pero la distancia respecto a EH Bildu es de 1.360 votos-, los doce obtenidos por los socialistas también suponen la mejor marca en una década. En 2020 fueron diez, y en 2016, nueve.
El reparto es equitativo. Los socialistas mantienen los cuatro escaños de Álava y ganan uno en Bizkaia y otro en Gipuzkoa. Lo hacen pese a haber renovado a todos los cabezas de lista. Ni el propio Andueza, ni la 'número uno' alavesa, Aroa Jilete, ni el guipuzcoano, Denis Itxaso, concurrieron hace cuatro años. Ahora tocará hablar de quinielas sobre las consejerías. ¿Será Andueza vicelehendakari o preferirá mantenerse fuera del Gobierno, con un discurso crítico con el PNV que le ha funcionado? ¿Quién sustituirá a los históricos Idoia Mendia e Iñaki Arriola que no repetirán en Lakua?
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