Urgente Grandes retenciones en la A-8 y el Txorierri, sentido Cantabria, por la avería de un camión

En el debate de ayer entre todos los candidatos, que pudimos ver en EL CORREO, Imanol Pradales ganó ya desde el principio por un accesorio tan sencillo como es una corbata. Los otros tres varones vistieron de modo intercambiable. La corbata de Pradales, en cambio, ... estaba diciendo que él es el lehendakari 'in pectore', mientras que el PSE dice que aspira a decidir, pero qué, ¿de qué nacionalismo es monaguillo? Y el PP, para pintar algo en el próximo Parlamento, depende también de si PNV y PSE no suman y/o de si Sumar y Podemos no entran.

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Y es que la corbata de Pradales esconde una distancia tan abismal entre el nacionalismo en su conjunto y el resto que obliga a hablar claro ya de una vez y sin ambages. El terrorismo de ETA mataba pero lo más decisivo es que daba ventaja política al nacionalismo. Y las mismas élites de Madrid que fueron capaces de acabar con ETA se desentendieron luego de manera clamorosa de las opciones no nacionalistas en el País Vasco. Ha sido como si un médico lograra extirpar del todo a un enfermo el cáncer que lo estaba matando y luego lo dejara ahí tirado como un trapo, como si no necesitara de posoperatorio.

Las élites de Madrid piensan que con venir ahora, en quince días de campaña, van a suplir lo que no se ha hecho durante cuatro años de legislatura. Si dotaran de recursos a sus opciones vascas, seguro que estas podrían competir de verdad con el nacionalismo. Pero no les interesa. Prefieren engordar al nacionalismo aquí y luego negociar en Madrid con sus representantes. Mientras tanto, sus sucursales vascas están dejadas de la mano de Dios. Da pena, después de haber puesto los muertos y el sacrificio, que sean tratadas así. No hay derecho. ¿A quién le extraña que Vox surgiera con víctimas del terrorismo y dirigentes vascos en sus filas?

Hay mucha gente harta por el ninguneo, por ver cómo el nacionalismo se pasea ufano por las calles del País Vasco, por sus pueblos, a los que controla sin oposición, como si no hubiera otras sensibilidades de mucha gente que siente que esto también es parte de España. Porque si el nacionalismo estuviera tan seguro de la representación con la que va a contar (casi un 80% del Parlamento vasco), ¿a qué esperan para dar el paso? Pero no lo dan porque ese bienestar que proclaman solo se consigue a costa del resto de España y porque saben que mucho voto es prestado y les viene directamente de los años del terror, que sigue ahí, incrustado en el recuerdo, oscureciéndonos la vida.

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No me gusta la sociedad vasca que tenemos, ni el inmenso poder que se le ha dado al nacionalismo, ni que la gente joven no conozca lo que pasó aquí hace tan solo quince años, ni que el Memorial de Víctimas del Terrorismo sea un molesto islote de dignidad, ni que muchos abuelos no se atrevan a explicar a sus nietos cómo era el pueblo desde el que un día vinieron aquí.

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