Mensajes para vencer al tedio

Los votantes filtran los mensajes no ya por su verosimilitud -que también-, sino por su capacidad para conectar con la parte del cerebro que rige las emociones. De ahí que Pradales se marchara ayer a bogar con La Sotera, escoltando a la gabarra antes de poner rumbo al mitin de Rentería. Una imagen grabada en la retina del elector puede valer oro y batir de largo en eficacia a promesas buenistas que se caen de maduras.

Caer simpático o estar de moda -Bildu presume de ello- puede pesar más que tener un programa atractivo o un candidato sólido. Si buceamos en los discursos de los aspirantes, fácilmente concluiremos que manejan cuatro o cinco ideas fuerza que se repiten cíclicamente. Es más, en estas elecciones están llamando la atención los esfuerzos de uno de los candidatos, el de Bildu, por pasarse los mítines sin que la campaña apenas le salpique. Se trata de no cabrear a los abstencionistas y no darles razones para ir a votar, pongamos, al PNV. La sonrisa ganará al voto del miedo, proclamó ayer Otegi. Y todo en ese plan.

Bajo ese dulce tedio de mensajes reiterativos, vacíos o demagógicos (sin desmerecer a quienes hacen propuestas concretas, que las hay), late otra campaña subterránea, menos evidente, más afilada, ocurrente o, directamente, más sucia. Es la campaña del boca a boca, del whatsapp, de las redes sociales. Su incidencia es relativa porque la gente está a otras cosas y porque, según el CIS, la Prensa escrita es la preferida para informarse. Las redes sociales ocupan el cuarto lugar, tras la televisión y la radio, aunque hay quien se las toma en serio como enganche de indecisos y despistados, los verdaderos árbitros de esta partida.

Circulan por los chats dos audios muy divertidos en los que se jalea a Pello Otxandiano como futuro lehendakari, uno por rumbita flamenca y el otro con aires latinos. No hay que tomárselo estrictamente a broma y, de hecho, los 'pata negra' de la izquierda abertzale no lo hacen: celebran sin miramientos la decisión de ir a por «todo el voto», sin complejos. ¿Recuerdan las apelaciones de la campaña de municipales a los inmigrantes que llegaron a Euskadi el siglo pasado? Pues eso.

También hay otros cebos menos amables, como la insistencia de las cuentas afines a ese mundo en 'trolear' a la Ertzaintza: basta comprobar el subrayado del expediente a los jugadores del Athletic por la celebración improvisada en Jardines de Albia. El primer debate en el que han coincidido ambos candidatos nacionalistas, en euskera, ha dado para hacer vídeos: que si los gestos de Pradales frotándose las manos, que si los pactos con el PP... Las cuentas que han surgido en torno a la figura del candidato jeltzale se fijan más bien en sus aires recios de remero. Los partidos más pequeños también lo intentan a su manera: la candidata de Sumar llama directamente al móvil y se le pueden dejar mensajes. Se supone que llama de vuelta. La de Podemos, Miren Gorrotxategi, ha convertido el sobre de propaganda postal en un cómic en el que salen unos señores del PNV con txapela (no a rosca, esa ocurrencia ya la ha explotado el PP), camisas de cuadros y vasos de txikito. Se agradece, en todo caso, la pincelada de color en esta campaña gris.