Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Las infusiones de quimioterapia son tratamientos contra el cáncer que se administran a través de una vena. Dicho de esta manera, qué frío resulta un proceso que remueve tanto los cimientos de una vida. Gracias a la investigación y las terapias de nueva generación, la ... palabra cáncer ya no es tabú ni sinónimo de muerte, pero nadie en el mundo, ni siquiera los oncólogos, es capaz de escuchar un diagnóstico así sin sentir miedo. Cada semana 290 vascos -más de 15.000 nuevos casos al año- se enteran de que lo que les pasa se llama cáncer de colon, mama, próstata, pulmón... En el hospital de día oncológico de la OSI Araba (en el HUA Txagorritxu), esa primera consulta del 'hoy-empieza-todo' se intenta pasar a última hora, cuando hay menos pacientes a la vista y las especialistas -doce mujeres y un hombre- disponen de «más tranquilidad para explicar todo el proceso con calma», relata la jefa de servicio, Seve Domínguez.
La oncóloga y la supervisora Bea Benítez ayudan a EL CORREO a relatar cómo es una jornada en un hospital de día «que se ha quedado ya pequeño, donde «todo el mundo da el 200%» cada semana de lunes a viernes y de ocho de la mañana a ocho de la noche (también algunos festivos). Y donde se 'infusionan' un centenar de tratamientos de quimioterapia e inmunoterapia con ayuda de enfermeras, técnicos de cuidados auxiliares de enfermería, una psicóloga, técnicos de farmacia, administrativas, voluntarios de las asociaciones contra el cáncer y una triple máxima: cercanía y seguridad.
La mañana empieza con las analíticas. Antes de enfrentarse a un 'chute' de cisplatina, adriacimina, taxol, trastuzumab o pembrolizumab, las defensas deben estar bien. Para quienes se enfrentan a su primera sesión, hay preparado un dispositivo especial. «La primera vez se controlan mucho las reacciones al tratamiento, el dolor... se refuerza la información, sobre todo acerca de síntomas de alarma, de los cuidados en casa...», explica Benítez. Son quince minutos, una hora, dos y hasta doce «para los platinos largos». Más o menos cada media hora entra algún paciente en alguno de los 23 boxes del hospital de día. Las seis habitaciones son para casos de mayor complejidad.
La mañana avanza; los boxes se llenan. Los pacientes hablan bajito con sus acompañantes, para no molestar al vecino, porque uno nunca sabe cómo se encuentra el compañero de fatigas que está al otro lado de la cortina. Algunos dormitan, otros escuchan música con el móvil, hay quien lee... Alicia Alegría se lleva un libro y a su inseparable marido, Miguel. Desde que en 2010 le diagnosticaron un cáncer de mama y luego uno de ovario ha tenido constantes recidivas. «Este es mi tratamiento 16 y estoy en mi novena semana de quimio», relata con una admirable entereza. «Es que ella es superfuerte», dice Miguel, que en estos años se las ha ingeniado para ir siempre con ella. «Bueno también hay momentos de bajón», replica Alicia, mientras señala el reservorio que tiene bajo la piel para no machacar más su venas. Le gusta, dice, charlar con la psicóloga y las voluntarias.
Contra el Cáncer Álava pone a disposición de los pacientes de manera gratuita todo un abanico de servicios que les van a venir muy bien en este proceso. Zuriñe González dedica el tiempo que haga falta a atender peticiones y Ana Ramón se vuelca en los afectos. Su hija enfermó de cáncer con sólo seis meses y ahora quiere ayudar. «Aceptas que eres una ignorante y que no sabes todas las respuestas y eso te acerca mucho a las personas. No me llevo ninguna mochila a casa, al contrario, solo amor y agradecimiento». «A veces sólo con que te miren ya sabes cómo están o si es el acompañante el que necesita desahogarse».
Muy cerca, Itziar aún no se lo acaba de creer. Le vieron «el bultito» en la mamografía de cribado y llegó «el susto». Lleva tres sesiones y por lo menos ya no tiene náuseas. «Entras en un túnel con una cuesta así de grande y yo he empezado a escalarla». No es un lugar triste. Allí se va a sobrevivir y a eso huele la quimio. Y si la esperanza se mide en pajaritas de papel de colores, hay muchas volando por las paredes del hospital de día.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.