Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Yolanda Veiga
Lunes, 26 de septiembre 2016, 00:50
La sensación que quieren dar es siempre la misma. Que han ganado... todos. Las palabras, bien medidas, pueden maquillar el discurso: atenuar el batacazo o agrandar la victoria. Pero la gestualidad es una fisura abierta y en ella está escrito lo que no han anotado ... en los papeles. Itziar García, asesora de comunicación, ha analizado las comparecencias de los candidatos sin fijarse tanto en lo que dicen sino en cómo lo dicen. Las muecas y el movimiento del cuerpo, las manos... completan el discurso de los candidatos. Lástima que no les hayamos visto los pies porque dicen los expertos que es la parte del cuerpo que más delata.
Iñigo Urkullu (PNV)
«Era el ganador y ni siquiera le brillaban los ojos»
«Esta noche no era para usar el tono institucional, como ha hecho Iñigo Urkullu. Hoy era el candidato que ha ganado y no ha sabido adaptarse a esta circunstancia. Su mirada era franca y humilde pero estaba muy serio. No se ha emocionado, no le brillaban los ojos. Ha hecho un discurso en un tono muy monótono, lento e institucional y ha generado aburrimiento. Era un señor estático frente a un atril, la mirada siempre al frente, sin mover los ojos. Decía que estaba contento pero no se le notaba. No como a Andoni Ortuzar, que cuando hablaba se mordía el labio para no llorar. A Urkullu le ha faltado 'punch' en su primera comparecencia».
Arnaldo Otegi (EH Bildu)
«Eufórico, cómodo, desafiante... un gran orador»
«La de EH Bildu ha sido una dulce caída. Ellos estaban comparando estos resultados con las generales así que Arnaldo Otegi estaba eufórico... y desafiante. Su gestualidad denotaba que estaba cómodo, controlaba el escenario. Ha sido el mejor orador de la noche junto a Andoni Ortuzar. Otegi ha recurrido a la ironía, y eso engancha mucho. Y cuando en un momento del discurso se ha olvidado de citar al PNV se ha reído de sí mismo. Ha utilizado el dedo índice para señalar y lanzar mensajes al gobierno central y a los jeltzales, recordándoles que está en su mano avanzar en el autogobierno. En todo momento ha utilizado un tono contundente y ha acabado con el puño en alto. Ha habido coherencia entre su discurso y sus gestos».
Pili Zabala (Elkarrekin Podemos)
«Leía con voz quebradiza un discurso que no se creía»
«Irrumpir en el Parlamento vasco con once escaños es un buen resultado pero Elkarrekin Podemos aspiraba a mucho más. Pili Zabala ha leído en todo momento el discurso. Su voz nunca es muy contundente, pero en la valoración de los resultados ha sonado quebradiza. Ha empleado un tono monótono, sin cambios de velocidad y miraba todo el rato al suelo. Ella misma no se estaba creyendo el discurso que estaba pronunciando, como cuando ha dicho: 'hoy empieza todo'. Un detalle, los dirigentes que la acompañaban aplaudían de vez en cuando pero no la arropaban, no la acompañaban. Ha pronunciado un discurso optimista que no era coherente con su lenguaje no verbal. Sus gestos, ese mirar hacia abajo, se correspondían más con la realidad que sus palabras».
Alfonso Alonso (PP)
«La sonrisa, franca; la mano al pecho, forzada»
«Alfonso Alonso es un hombre muy serio pero se notaba que estaba contento con el resultado, la sonrisa era franca, evidenciando que los resultados han mejorado las expectativas. El cuerpo erguido y el tono moderado, hasta que ha felicitado al PP de Galicia por sus resultados, que ha sonado un poco arrogante. Justo después ha felicitado al PNV por su victoria pero ha sido una felicitación protocolaria, le ha delatado que en ese momento ha bajado un poco los hombros. Ha acabado con un gesto realmente sorprendente, una mano al corazón que parecía un poco forzada y ha ladeado la cabeza, en una muestra de querer acercarse al electorado y a las personas que estaban reunidas en la sede. Pero, en líneas generales, el discurso y el lenguaje no verbal han mantenido la coherencia».
Idoia Mendia (PSE)
«Franca y humilde, le honra reconocer el fracaso
«Idoia Mendia no se ha movido en el atril durante su corta comparecencia. Ha aparecido muy seria y se ha mostrado en todo momento franca y humilde, reconociendo el fracaso, a pesar de que ha hablado de poca participación, etc. No hablaba, leía el discurso y cuando ha dado las gracias a la gente ha esbozado una sonrisa forzada. Sus gestos eran absolutamente coherentes con lo que decía y le honra reconocer los malos resultados. Igual que le ha sucedido a Pili Zabala, los dirigentes que han comparecido junto a ella no la han arropado. Parecían sus escuderos, la guardia pretoriana».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.