Las encuestas ya lo barruntaban y este domingo se confirmó. El PP sufrió el peor revés electoral de su historia en Euskadi al quedarse sin ningún representante en el Congreso y perder casi la mitad de los votos que logró hace tan solo tres ... años: de 148.553 a 94.260 (al cierre de esta edición). Pasa de los siete escaños que consiguió en 2000 –su récord– o los dos que sumó en las anteriores citas electorales a cero. Ninguno. Un derrumbe sin paliativos que les deja con apenas el 7,5% de los sufragios, su peor cifra en unas generales desde 1977. Jamás había caído en el País Vasco tan abajo en unos comicios a nivel nacional. Como se temían la mayor parte de líderes vascos, la radicalización del discurso de Pablo Casado ha penalizado con evidente notoriedad a los populares vascos, históricamente asentados en un electorado de centro y moderado que este domingo le dio la espalda y buscó refugio en el PNV. «Nos ha destrozado», resumía un alto dirigente en Euskadi.
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Ni en Álava, su habitual caladero de votos vascos y con su mejor candidato, Javier Maroto, como aspirante, lograron los conservadores salvar los muebles en el País Vasco. El exalcalde de Vitoria perdió su acta por un territorio en el que Cs y Vox sumaron más de 12.000 votos, y se enfrenta a un futuro muy incierto tras el batacazo del PP a nivel nacional –es el 'número 3' de Pablo Casado y su director de campaña–. Maroto se disputó durante toda la noche un escaño con Iñaki Ruiz de Pinedo, representante de EH Bildu con quien protagonizó un fuerte encontronazo en el debate organizado por EL CORREO.
La distancia entre uno y otro bailó en un puñado de votos, y a falta del recuento del voto desde el extranjero, se quedó en 384. Suficiente para que el líder popular se quedara fuera del Congreso. El exalcalde de Vitoria se dejó casi la mitad de votos cosechados en la capital vasca en las municipales de hace cuatro años, cuando sumó más de 35.000. Se quedó en 20.232.
En Gipuzkoa se daba por hecho que el PP vasco no tenía opciones de lograr representante, y así quedó patente. Iñigo Arcauz, candidato impuesto por Pablo Casado, se quedó en apenas el 5% de los votos, muy penalizado por el voto jeltzale. En Bizkaia, sin embargo, los populares tenían la convicción de que la debutante Bea Fanjul iba a mantener el escaño de Leopoldo Barreda. Sin embargo, la candidata también designada directamente por el líder nacional se quedó muy lejos de cualquier opción de lograr un escaño.
Entre los populares de Euskadi se recordará durante mucho tiempo lo vivido en la jornada de este domingo, donde el partido se dio de bruces ante la cruda realidad: es un partido en evidente retroceso en Euskadi, una tendencia marcada desde hace años que ahora se ha acelerado tras el giro a la derecha que Pablo Casado ha dado a la formación a nivel nacional. Si a corto y medio plazo sigue esa línea política, el PP vasco corre el peligro de quedarse en una simple fuerza residual. De hecho, ya hay temor a los resultados que pueda conseguir en mayo en las municipales y forales, donde el partido se juega mucho más que unas concejalías y unos puestos en Juntas.
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La única nota positiva de la noche para el PP vasco fue la escasa irrupción de Ciudadanos y Vox (3% y 2% respectivamente) en Euskadi, que aunque sí le restaron votos clave –sobre todo en Álava–, no suponen de momento una clara amenaza.
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