

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Pedro Sánchez, como presidente del Gobierno, era el único capaz de apretar el botón nuclear del adelanto electoral. Que si 'superdomingo' de mayo, que si ... el 14 de abril, que si en otoño... Al final, las presiones de sus líderes regionales y de partidos como el PNV provocaron que se decantase por el 28 de abril, sólo un mes antes de la celebración de las elecciones municipales, europeas y autonómicas (hay en la mayoría de regiones). Del 28-A al 26-M. Un mes en blanco que está cobrando aún más relevancia por el bloqueo vaticinado por las encuestas, temido por Bruselas y alimentado por Ciudadanos tras el contundente veto a Pedro Sánchez ratificado por Albert Rivera con su oferta gubernamental a Pablo Casado. Nada nuevo, por otra parte. Ya en 2015, Rivera dijo 'no' a Sánchez durante la campaña y luego intentó hacerle presidente. También hizo lo propio con Rajoy y al final le llevó a Moncloa. Ahora, sin embargo, es diferente. La radicalidad se ha apoderado de la España de la moción de censura.
En este contexto de polarización extrema, los pactos autonómicos serán decisivos para forjar alianzas en el Congreso que permitan formar un gobierna. «Los partidos se verán obligados a flexibilizar sus planteamientos», coinciden los expertos. «La presión va a ser enorme tras el 28-A, sobre todo para Cs, que se ha convertido en el elemento distorsionador con su arriesgada apuesta. Esta presión no sólo vendrá de sectores como el económico, también de sus propios votantes», vaticina Lluís Orriols, doctor por la Universidad de Oxford y vicedecano de estudios de Ciencia Política de la Carlos III.
Según barruntan la mayoría de los sondeos, la suma PSOE-Cs es, paradójicamente, la que más suma tras el 28-A. Alcanza incluso la cifra mágica de los 176 escaños sin tener que depender del nacionalismo o, en su caso, recurriendo sólo al PNV, mucho más posibilista que el independentismo catalán. Además, es la fórmula preferida por los líderes territoriales socialistas, de ahí que José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE, haya tendido la mano a los liberales recientemente para estudiar posibles pactos y no depender del independentismo.
Este movimiento, que el PP ha aplaudido al erigirlo en el gran partido de la derecha, llevó a Albert Rivera a apretar aún más su cordón sanitaria contra Sánchez y ofrecer a Casado un Gobierno de coalición tras el 28-A liderado por quien gane de los dos. El problema es que ambos no suman y Cs está limitándose su campo de actuación olvidándose del centro y fiándolo a la derecha «con la idea de la unidad de España como base de todo», explica Orriols. «En 2018, veían que podían competir con el PP en el espacio de la derecha, pero la irrupción de Vox les ha descolocado», dice.
No hay que retroceder tanto para toparse con el llamado 'Pacto del Abrazo', suscrito por Sánchez y Rivera el 24 de febrero de 2016 para investir presidente al líder del PSOE tras pactar «200 medidas por el cambio». Entonces, apenas sumaban 130 de los 350 escaños, y el 2 de marzo de aquel año, se frustró la operación de formar un gobierno de centro izquierda. «La situación de ahora no tiene nada que ver con la de entonces. Nuestro 'no' a este Sánchez es contundente», advierten fuentes de Cs, que pese a todo eluden valorar «hipotéticos escenarios postelectorales porque ahora estamos a lo que estamos y echarle de La Moncloa es una emergencia nacional», enfatizan.
La España de la moción de censura se escribe desde los extremos. El centro es pasado. O conmigo o contra mí. Derecha o izquierda. O el 'tridente de Colón' formado por PP, Cs y Vox, o la 'fórmula Frankenstein' liderada por el PSOE con el apoyo de Podemos y los independentistas. El problema es que los primeros no suman y los segundos, que sí podrían hacerlo, acaban de evidenciar que son incapaces de pactar un Presupuesto porque la secesión es su máxima prioridad. ¿Entonces? El cóctel resultante se llama bloqueo y una posible repetición de elecciones, como ya pasó en 2016.
«Hay dos factores que provocan que la situación de bloqueo tras las elecciones generales sea una realidad muy probable: el tono de la campaña electoral y las elecciones municipales y europeas de mayo. El hecho de que se esté planteando la campaña electoral en términos de bloques ideológicos (izquierda y derecha), dinamitando posibles acuerdos transversales, dificultará que se alcancen pactos si ninguno de los dos bloques consigue una mayoría parlamentaria», asegura María Silvestre, doctora en Ciencias Políticas y Sociología, y directora del Deustobarómetro.
¿Es difícil para un líder político recular después de órdagos tan contundentes? «Rivera se lo ha puesto a sí mismo muy difícil, pero no hay que olvidar que las campañas siempre son de máximos», matiza Orriols. Por su parte, Silvestre, lo tiene muy claro: «Creo muy posible que Albert Rivera recule y se acoja al popular 'donde dije digo, digo Diego'. El cordón sanitario a Pedro Sánchez es una estrategia electoral para competir con el PP y Vox por el voto de la derecha. Pero ese cambio de postura, si se da un bloqueo parlamentario, no se producirá hasta después de las elecciones de mayo. Cs no puede desdecirse antes de que acaben todos los comicios. Por eso el bloqueo es posible, porque su actitud no cambiará hasta después del 26 de mayo».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La sede del Reina Sofía estará lista a finales del próximo año
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.