Mirari Artime
Markina
Jueves, 25 de mayo 2023, 17:13
Ibrahima Ndiaye nació en un pueblo al sur de Senegal, Casamense, en una de las zonas más exuberantes del país africano. Tiene 43 años y lleva media vida en Markina a donde arribó hace más de dos décadas con un contrato laboral en los invernaderos ... Barrenetxe, de Etxebarria. «Llegué un sábado y el lunes me incorporé a trabajar», recuerda. Tras varias etapas como operario de una cooperativa de Berriatua, se incorporó a la plantilla de la fundición Nemak, a donde acude todos los días durante los últimos quince años.
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Está casado y tiene tres hijos; dos chicas y un niño. Van a la escuela pública Bekobenta de la localidad para la que no tiene más que buenas palabras, sobre todo de agradecimiento, en especial, para sus convecinos. «Siempre nos han tratado muy bien, nos acogieron estupendamente, nos hay ayudado muchísimo», detalla Ndiaye, que confiesa sentirse como un markinarra más.
«De verdad que me considero de aquí, he echado raíces», recalca. Se siente muy estimado y aunque nunca ha tenido problemas por el color de su piel, sabe la expectación que ha generado al presentarse por segunda vez en la plancha electoral del PNV, partido al que está afiliado porque, indica, se siente muy identificado con su ideología.
«Siempre me ha gustado mucho la política», señala. «Antes de tener la nacionalidad española, nunca fallé con mi deber de votar en las elecciones senegalesas». Su inquietud comenzó en su localidad natal. «Hay un conflicto nacionalista que nos afectó de lleno a la familia y desde entonces me picó el gusanillo de aprender todo lo que tenga que ver con este mundillo», manifiesta.
No sabe euskera, pero lo está aprendiendo poco a poco para ayudar a los jóvenes de la casa. «La mayor nació en Senegal, pero los otros dos son vascos, de Markina, y como digo yo si el chico sale bueno... ¡hasta puede jugar en el Athletic sin problemas!», sostiene con una amplia sonrisa.
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Se confiesa apasionado de los debates políticos, respetuoso con los rivales y dispuesto «para aportar todo lo que pueda por mi municipio, quiero devolverle lo que nos han dado», recalca. Ndiaye no persigue convertirse en representante de la amplia comunidad senegalesa que vive en Lea Artibai y que con medio millar de compatriotas es una de las más elevadas de Bizkaia.
«Se trabaja para todo el pueblo, no sólo para unos, o para aquellos que piensen igual que tú», insiste. «Lo importante son las personas y luego cada uno tiene sus cultura, aunque mezclarlas es sumamente enriquecedor», indica. «Los compañeros del trabajo y algunos vecinos me vacilan con confianza, y me llaman el 'Obama de Markina'», bromea, aunque reconoce con total seriedad que hace «20 años hubiera sido imposible un candidato negro».
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Recalca que se siente muy identificado con la formación jeltzale a la que pertenece. «Leí su historia, su fundación y lo siento muy mío», manifiesta. «También hay compatriotas, senegaleses de EH Bildu, los respeto, claro que sí, pero siempre hay que enfrentarse con ideas», se reafirma.
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