Juan Mari Aburto (PNV), nuevo alcalde de Bilbao

Aburto afronta su tercer mandato con la idea de «escuchar y atender más» a la ciudadanía

Tras una extensa lista de agradecimientos y emotivos recuerdos, sorprendió con un análisis de los resultados electorales del pasado 28 de mayo. Hasta en cuatro ocasiones dijo «hemos tomado nota» de la pérdida de apoyos sufrida por el PNV y del gran incremento de la abstención. «Con humildad y autocrítica» inicia un mandato ante una ciudadanía que «quiere ser más escuchada y atendida, que busca más soluciones a sus situaciones concretas». Eso sí, achacó su retroceso también «al ruido político y mediático a nivel estatal» y al desgaste de la labor de gobierno durante unos años tan convulsos.

Con todo, su gran preocupación es la siguiente: «El partido que más creció en votos fue Vox, que ya ha pasado de 5.000 en nuestra ciudad». Es como un efecto colateral de la desafección por la política tradicional. «La abstención es un derecho y en ocasiones suele ser un aviso o un castigo a los partidos, pero también abre la puerta a quienes no tienen sentido democrático». E insistió: «Hemos tomado nota».

También hizo Aburto una apelación directa a las líderes de la oposición. «María, Esther y Ana, os pido colaboración, no sólo oposición». Esgrimió ejemplos recientes de trabajo conjunto como el plan Bilbao Aurrera e interpretó que «la ciudadanía nos ha pedido que lleguemos a acuerdos, que trabajamos juntos por hacer más fácil la vida a la gente».

¿Acuerdos para qué? «Para que avancemos en temas de movilidad, que actualicemos el Pacto por la Seguridad, que todos los grupos se sumen al Pacto por la Paz y la Convivencia, que hablemos de los barrios, que encabecemos todos juntos la lucha contra la violencia machista, homófoba y cualquier tipo de violencia y delincuencia en general...».

Durante su discurso el alcalde recordó la necesidad de trabajar por atender mejor a las personas mayores, dar soluciones de empleo y vivienda a la juventud para contener la sangría demográfica, impulsar el euskera y la cultura en la ciudad. De un modo especial, se acordó de los barrios y volvió a mencionar la seguridad y la firmeza ante el delito como un elemento clave para una convivencia cívica.

Pero quizás uno de los principales desafíos que tiene Aburto por delante es volver a generar ilusión en la ciudad. Se nota esa ausencia de entusiasmo y cierta melancolía, al menos en cuanto al apego hacia los gestores de lo público, en el altísimo índice de abstención en las últimas elecciones y el crecimiento de votos nulos y en blanco.

Otra de las claves que ayer quedó resuelta es la configuración del nuevo Ejecutivo local. Como queda dicho, sin grandes sorpresas. El Gobierno municipal que dirigirá Bilbao los próximos cuatro años se va a parecer mucho al que ha estado en los cuatro anteriores. Las grandes áreas siguen en las mismas manos: Asier Abaunza se mantiene al frente de la Planificación Urbana y los Proyectos Estratégicos y, además, pasa a ser portavoz del PNV en sustitución de Nekane Alonso, que ha dejado el Ayuntamiento; Gonzalo Olabarria sigue a cargo de Gobernanza y Cultura; Acción Social se mantiene en manos de Juan Ibarretxe; Xabier Ochandiano se consolida guiando las políticas económicas en Desarrollo Económico, Comercio, Turismo y Empleo; Marta Ajuria en Hacienda; y Amaia Arregi en Seguridad.

Sí hay cambios inevitables en las concejalías donde sus anteriores titulares han dejado el Gobierno municipal, como Euskera, Atención y Participación Ciudadana, que es para Eider Inunciaga -viene de dirigir BBK Kuna-. Y Kontxi Claver se hace con las riendas de Igualdad, Convivencia y Cooperación.

En las carteras que están en manos socialistas hay más movimientos. Únicamente Nora Abete conserva el departamento estrella del PSE, Movilidad y Sostenibilidad. Jon Bilbao se va a Regeneración Urbana; Álvaro Pérez se estrena al frente de un área, Salud y Consumo; Yolanda Díez se queda con Vivienda; y Eider Bilbao, la nueva del equipo, se hace con Educación.