Cristina Ibarrola (UPN), nueva alcaldesa de UPN

La abstención de los socialistas da la Alcaldía de Pamplona a UPN

Las elecciones del 28-M habían dado como resultado un escenario muy similar al de la anterior legislatura, con UPN como fuerza más votada –en 2019 se presentaba dentro de la coalición Navarra Suma con el PP y Ciudadanos–, pero lejos de la mayoría absoluta. Aun contando con el apoyo de los dos representantes populares,la suma del resto de fuerzas tenía capacidad para desalojar a UPN de la Alcaldía.

El problema surgía porque como primera fuerza de la oposición había quedado EH Bildu y para que Asiron hubiese sido designado regidor tenía que contar con el apoyo de los socialistas. La relación entre las dos formaciones sigue moviéndose entre difíciles equilibrios y, a poco más de un mes para las elecciones generales, avalar a la izquierda abertzale suponía una apuesta de alto riesgo para el PSOE.

En las últimas semanas, el clima se había enrarecido y los socialistas ya habían dejado claro que en ningún caso apoyarían a Asiron.Ante el callejón sin salida en el que se estaban introduciendo las negociaciones, llegó a especularse con una tercera vía. Que la candidatura «progresista» estuviese encabezada por el cabeza de lista de Geroa Bai,Koldo Martínez, cuya lista obtuvo el 28-M dos ediles. Pero al final no hubo sorpresas.

En un pleno rodeado de la máxima expectación, Ibarrola y Asiron empataron a once votos. La dirigente de UPN logró el apoyo de los nueve representantes de su grupo y de los dos del PP, mientras que el de la coalición soberanista sumó los ocho de EH Bildu, los dos de Geroa Bai y el del único concejal de Contigo Zurekin, la marca de Podemos enNavarra. Los socialistas ni tan siquiera presentaron la candidatura de su cabeza de lista, Elma Saiz. Los cinco votaron en blanco. Ibarrola fue elegida alcaldesa al haber sido la más votada el 28-M.

Exclusiones y vetos

El malestar de EH Bildu se hizo patente en cuanto se cerró la votación. «Sobre la base de la exclusión, sobre la base de los vetos, no se puede construir nada, y mucho menos se puede construir algo que quiera ser progresista», afirmó Asiron. En un claro reproche al PSN, el representante de la coalición soberanista aseguraba que, «lamentablemente no ha podido ser». «Hasta el último momento lo hemos intentado, incluso transmitimos la posibilidad de que PSN dividiera su voto, incluso les emplazamos públicamente a que si no veían su presencia adecuada en un Gobierno a cuatro, al menos permitiesen un Gobierno a tres, pero el PSN ha mantenido su veto hasta el último momento», censuró. Asiron, en todo caso, descartó la posibilidad de que a corto plazo se active una moción de censura. «Ni siquiera lo contemplamos como posibilidad».

La decisión del PSN enturbia sus relaciones con la izquierda abertzale cuando el futuro de Chivite está todavía por decidirse. En todo caso, y más allá del malestar público que expresan los dirigentes de la coalición soberanista por la actitud y algunas declaraciones de los dirigentes socialistas, el margen de maniobra de los de Otegi es escaso.

Durante toda la campaña EH Bildu ha dejado claro que su primer objetivo sería impedir que «la derecha» gobierne. Y eso incluye a Javier Esparza, el candidato y presidente de UPN. A Chivite le vale en realidad con que EH Bildu se abstenga. El propio Asiron dijo que lo sucedido en Pamplona «no tiene que condicionar al 100% lo que ocurra en el Gobierno». Pero «no es buen un comienzo».