Por razones extrañas hay una tendencia histórica a percibir las elecciones municipales y forales como un poco menos importantes que las otras, que las nacionales y las autonómicas. Como una cita de segunda, digamos. Sin embargo, Bizkaia decide hoy quién va a gestionar cuestiones fundamentales ... para la vida de los ciudadanos. Decide quién va a dirigir la Diputación, que ostenta competencias cruciales como la recaudación de impuestos, la gestión de las residencias de mayores o el diseño y ejecución de grandes infraestructuras. También saldrá de las urnas quién estará al frente de los ayuntamientos, instituciones donde se determina cómo serán los pueblos y ciudades del futuro mediante los desarrollos urbanísticos, y donde además se gestionan servicios básicos como la seguridad, los abastecimientos, los servicios sociales, la limpieza...
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Todo eso está hoy en juego porque se eligen los liderazgos de las administraciones locales para los próximos cuatro años. Desde siempre el avance de las sociedades ha dependido grandemente del talento de las personas que las dirigen. Así que la talla de los líderes que tomen las riendas en el próximo mandato dará la medida del futuro que nos espera. En términos cuantitativos, son los 51 junteros que elegirán al diputado o diputada general, y los 1.244 concejales que ejercerán en los 112 municipios vizcaínos (Usansolo, el número 113 recientemente creado, tendrá que esperar a las próximas elecciones). En total, son 1.295 personas.
Pues toda esa gente va a tener que decidir cómo se frena el declive demográfico, cómo se contiene el crecimiento de las desigualdades, cómo se hace frente al cambio climático en términos de mitigación y adaptación, y cómo se avanza hacia un modelo productivo que genere riqueza y bienestar tras el declive industrial y que vaya más allá del turismo y los servicios. Eso, entre otras muchas cosas. Y mientras, hay que gestionar el día a día con todas sus fricciones y complejidades. Ojalá que salgan buenos, los líderes.
También hay que asumir que quienes quieran dosis altas de emociones fuertes deberán buscarlas en otras citas electorales. En Bizkaia no suele haber muchas sorpresas porque el PNV es el partido hegemónico desde la llegada de la democracia y en los últimos comicios, los de 2019, fue la primera fuerza en 72 municipios (el 64% del total). EH Bildu ganó en treinta, el PSE en dos, y en ocho lo hicieron candidaturas independientes. En el ámbito foral los jeltzales tienen 25 junteros, al borde de la mayoría absoluta; EH Bildu cuenta con diez, el PSE con ocho, Elkarrekin Podemos con seis, y el PP con dos.
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¿Cambiará mucho el panorama tras las votaciones de hoy? Esta noche se sabrá. Pero los sondeos publicados en las últimas semanas no auguran grandes revoluciones en las principales plazas. Elixabete Etxanobe, la candidata del PNV a diputada general, acariciaría la mayoría absoluta en la Diputación. En la otra gran administración del territorio, el Ayuntamiento de Bilbao, también se pronostica un triunfo holgado de Juan Mari Aburto, con 14 de los 29 concejales del pleno, lo que supondría mantener la representatividad que tiene ahora; lograr más sería un grandísimo éxito para el alcalde porque igualaría la mayoría absoluta de la que disfrutó Iñaki Azkuna; caer en apoyos, sin embargo, supondría una muestra de desgaste algo decepcionante. En cualquier caso, si como todo apunta se reedita el pacto de gobierno de los jeltzales y los socialistas a nivel general, los ejecutivos de coalición tanto foral como municipal seguirían gozando de mayorías muy reforzadas. Al menos, según las encuestas preelectorales.
Por supuesto que Bizkaia se extiende mucho más allá de la Diputación y de Bilbao, y hay municipios donde sí habrá emoción. En Galdakao, Gernika, Zalla, Balmaseda, Sopela, Alonsotegi, Abadiño o Durango, por ejemplo, la previsión es que un puñado de votos incline la balanza hacia un lado o hacia otro.
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La pugna más intensa será entre PNV y EH Bildu. Ya lo ha sido durante una campaña en la que se ha percibido cierto nerviosismo y hasta estridencias poco frecuentes. Desde hace años los jeltzales ven encogida su hegemonía indiscutible en el ámbito municipal por los crecimientos soberanistas. Y el giro de estos últimos hacia una posición más moderada, un mensaje más sosegado y social, y una imagen más dulcificada alejadísima de las sombras del pasado, podría jugar a favor de nuevos crecimientos electorales a costa, esencialmente, de Elkarrekin Podemos. Incluso del propio PNV y del PSE. De hecho, podría decirse que casi todas las formaciones que concurren a los comicios de hoy se darían con un canto en los dientes por repetir los resultados de hace cuatro años menos EH Bildu, que aspira a crecer, cosa que las encuestas también respaldan. No hacerlo supondría para ellos un tropezón. El PP, por su parte, es la formación que llega al día 'D' con una situación más incierta, que podría traducirse en ligeras mejoras o pequeñas caídas.
Todo está en manos de los 900.213 vizcaínos llamados hoy a las urnas. En las municipales también pueden votar 2.805 extranjeros residentes. Habrá que fijarse en una cosa: cuántas de estas personas se acercan a dejar su papeleta. Porque la previsión es un aumento notable de la abstención, que en Bilbao superaría el 41%, y que denotaría cierto desencanto o quizás apatía de una población muy zarandeada por las incertidumbres pero, al mismo tiempo, con un nivel de bienestar bastante alto, con el paro en mínimos y la economía funcionando a buen ritmo. La situación es muy rara.
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Los partidos han tratado de inyectar ilusión durante esta campaña electoral y cuando cierren los colegios se verá hasta qué punto han sido capaces de movilizar al personal con el magnetismo de sus propuestas y la personalidad de sus candidatos.
Mejor dicho, candidatas. Cuatro de los cinco cabeza de cartel de los partidos que ahora tienen representación foral son mujeres. En Bilbao, lo mismo. Dicho de otro modo, el 80% de quienes aspiran a dirigir las dos grandes instituciones del territorio son mujeres. La situación es inédita y demuestra un cambio de ciclo destacable que afecta a muchos otros ámbitos: el económico, el social, el ambiental... A la velocidad con la que se mueve el mundo -no hay más que ver todo lo que ha pasado desde 2019- los cuatro próximos años serán determinantes para sentar las bases de lo que quiere ser Bizkaia en el futuro.
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Tranquiliza al menos que la gran mayoría de los candidatos y partidos hayan reiterado mucho durante la campaña electoral que es el momento de las personas y que hacia ellas dirigirán sus políticas, descartando así giros inesperados en la gestión de lo público. Todo se verá.
No será este que entra un mandato muy propicio para el anuncio de grandes proyectos en Bizkaia. Ya se ha visto en esta campaña, poco espectacular en promesas de relumbrón y recreaciones bonitas. Es porque las obras potentes ya están hechas o lanzadas, a falta de ejecución. ¿De qué hablamos? Del subfluvial, la línea 5 del metro, la variante de Ermua, el Guggenheim de Urdaibai... En Bilbao, corazón y bandera del territorio, se sigue con los desarrollos inagotables de Zorrozaurre y Punta Zorroza, con la anunciada recuperación de Artxanda, y esperando al soterramiento de las vías en Abando, que quizás no se vea ni en esta década. En fin, que en materia de transformación territorial vamos más o menos servidos.Lo que previsiblemente deberá ocupar buena parte de las políticas públicas de aquí a 2027 es la atracción de empresas y el estímulo a la creación de nuevas compañías que contribuyan a la transformación del tejido productivo y la creación de empleos de calidad.
Las cifras
1.244 concejales saldrán las elecciones municipales en Bizkaia, doce más que hace cuatro años. El aumento de la población ha hecho crecer los plenos de Arrankudiaga, Ereño, Markina-Xemein, Maruri-Jatabe y Urduliz.
5 concejales tienen los municipios con menos población del territorio: Gizaburuaga (192 habitantes), Arakaldo (158), Ubide (164) e Izurtza (210). La corporación más extensa es la de Bilbao, con 29 concejales.
112 son los ayuntamientos vizcaínos en los que se vota. El número 113, Usansolo, recientemente constituido, deberá esperar a 2027.
51 apoderados componen las Juntas Generales de Bizkaia. Se escogen en cuatro demarcaciones diferentes: Bilbao (15), Las Encartaciones (13), Busturia-Uribe (13) y Durango-Arratia (10).
900.213 vizcaínos están llamados a votar en los comicios forales. En los municipales también pueden hacerlo 2.805 extranjeros.
34.527 vizcaínos han solicitado el voto por correo.
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