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xabier garmendia
Sábado, 11 de mayo 2019
En términos bélicos, si las elecciones municipales fueran una guerra, en Bizkaia se librarían 112 batallas y cada una de ellas sería muy diferente respecto a la anterior. Los 'bandos', que varían según el lugar, pueden estar muy fuertes en un campo, pero flaquear ... y sucumbir estrepitosamente en otro. Es lo que se desprende del repaso a los resultados de los comicios de hace cuatro años, cuando el PNV revalidó su hegemonía. Para ser más exactos, la formación nacionalista fue la fuerza más votada en 65 localidades y consiguió un total de 560 concejales, con especial apoyo en la zona más occidental.
Fue en la parte oriental donde EH Bildu ganó la mayoría de sus batallas, lo que le reportó el poder en 32 ayuntamientos. En todo el territorio, obtuvo 392 ediles. Jeltzales y abertzales fueron quienes más sufrieron el apoyo de los electores a agrupaciones independientes, que gobiernan en 13 pueblos vizcaínos. En lo que respecta a los partidos de ámbito nacional, el PSE y el PP cedieron terreno respecto a la anterior cita. Los socialistas solo pudieron retener las alcaldías de Ermua y Portugalete ante el fuerte empuje de las marcas apoyadas por Podemos.
La hegemonía jeltzale en el estrato local es aún más clara en algunos municipios de reducida población. En Artzentales, Mendata y Trucíos traspasó la barrera de los dos tercios del total, pero en Ereño incluso cosechó tres de cada cuatro sufragios. El impresionante resultado le valió para lograr cuatro de los cinco concejales en juego. El otro se lo quedó EH Bildu.
El mayor caladero de votos de la izquierda abertzale se concentra en la zona oriental de Bizkaia, aunque juega en su contra la reducida población que tiene. EH Bildu logró un resultado apabullante en Aulesti, donde prácticamente triplicó en número de votos a su único contrincante, el PNV. Finalmente, el reparto de concejales se resolvió en un 5-2 a favor de la coalición soberanista.
Los socialistas solo pudieron retener la victoria en dos de sus feudos vizcaínos: Ermua y Portugalete. En ambos casos, superaron la barrera del 30%, pero tuvieron más apoyos en la localidad jarrillera, donde Mikel Torres se mantuvo al frente. Sin embargo, la distancia con el segundo fue mayor en Ermua, ya que el PSE obtuvo más del doble de votos que EH Bildu.
Como ocurrió en tantos otros lugares, lo que ahora es Elkarrekin Podemos -Podemos, Ezker Anitza y Equo- presentó dos candidaturas diferentes en Ortuella: Borobil e Irabazi. Entre ambas, reunieron casi tres de cada diez papeletas, el mejor resultado en toda Bizkaia. En las elecciones generales del pasado 28 de abril, fue el único pueblo que se pintó de morado en todo el territorio.
Aunque siempre se le ha resistido ante el poderío del PNV, Getxo es el auténtico fortín del PP en Bizkaia. Es allí donde firma sus mejores resultados cada vez que los ciudadanos son llamados a las urnas. Los populares cosecharon 26 concejales en todo el territorio, principalmente en zonas urbanas. El municipio más pequeño en el que tiene representación es Laukiz.
Entre los pueblos con al menos dos candidaturas, los independientes se hicieron especialmente fuertes en Ibarrangelu. Allí la plancha de Armendu rozó el 75% de los sufragios pese a que había otras tres papeletas donde elegir. Las agrupaciones al margen de las siglas clásicas también arrasaron en otras localidades vizcaínas como Etxebarri, Orozko, Ubide y Zalla.
La conclusión es clara: el PNV sufre allí donde las agrupaciones independientes arrasan. El ejemplo más evidente es Etxebarri, donde apenas logró convencer a uno de cada diez votantes frente a la pujanza de La Voz del Pueblo. En todo caso, el escrutinio le concedió un concejal y se mantiene como segunda fuerza de la oposición por detrás de EH Bildu. Situaciones parecidas se repiten en Abadiño y Sopuerta.
Al igual que le ocurre a los jeltzales, también EH Bildu sucumbe ante el poderío de partidos independientes en determinadas localidades vizcaínas. Un claro exponente es Carranza, donde la pugna entre KZ y el PNV dejó a la izquierda abertzale en un raquítico 3,46% de las papeletas, incluso por debajo de la barrera electoral para poder obtener ediles. La traspasó por poco en la cercana Zalla (6,9%).
Entre los municipios en los que se presentó, el PSE no tuvo ni un solo apoyo en dos de ellos: Ereño y Mañaria. En este último pueblo, las fuerzas constitucionalistas apenas pudieron convencer a un votante, que metió en la urna la papeleta del PP. Los socialistas ni siquiera llegaron al 1% en Arrankudiaga, Artea, Bakio, Dima, Gautegiz Arteaga, Ibarrangelu, Markina, Orozko, Sukarrieta y Zeberio.
La formación de izquierdas logró representación incluso con resultados discretos. Es el caso de Herriaren Eskubidea, que alcanzó el 9,7% en Elorrio y arañó un concejal. El dato puede parecer contradictorio respecto a la media total de Bizkaia, que es más baja, porque Podemos avaló candidaturas en muy pocos municipios. La división en algunos lugares con Ezker Anitza y Equo también tuvo su penalización.
Aunque presentó candidatura, el PP se quedó con las manos vacías tanto en Ereño como en Lanestosa, pueblos donde solo el PNV y EH Bildu consiguen apoyos significativos y dejan sin margen de maniobra al resto de candidaturas. La formación conservadora no alcanzó el 1% de los sufragios en lugares como Galdames, Gatika, Lemoiz, Markina, Mundaka, Zalla y Zeanuri, pese a que había papeletas con sus siglas.
Entre las tres candidaturas que Ciudadanos consiguió confeccionar para las municipales de 2015 -Bilbao, Getxo y Ermua-, fue en la capital vizcaína donde cosechó su resultado más bajo. Las 5.701 papeletas le dejaron lejos del 5% como mínimo que la ley electoral exige para entrar en el reparto de concejales. En todo caso, fue el partido que más cerca se quedó de obtener representación en el pleno bilbaíno.
Las agrupaciones independientes tuvieron resultados significativos prácticamente en todas las localidades donde se presentaron, pero otros partidos minoritarios como Vox, UPyD y Recortes Cero apenas recabaron votos. En el caso de Basauri, por citar un ejemplo, el Partido Humanista fue el único que se presentó al margen de las formaciones clásicas, pero solo pudo recoger el 0,9% de los votos.
La irrupción de Ciudadanos en los comicios municipales de 2015 fue muy tímida en Bizkaia. Tanto es así que los naranjas solo cosecharon un concejal en todo el territorio. Lo hicieron en Getxo, donde aprovecharon la caída del PP y alcanzaron el 5,9% de las papeletas, un porcentaje similar al que la formación liberal obtuvo allí en las generales del pasado 28 de abril.
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