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Elecciones municipales 28-M

Sólo cuatro barrios de Vitoria han votado al mismo partido en los últimos veinte años

El PP se impuso en Mendizorroza, el Ensanche y Gazalbide en los cinco comicios, mientras que el PSE lo hizo en Abetxuko

Martes, 23 de mayo 2023, 00:21

Si hay alguien en Vitoria que practique la geopolítica de barrio debe de tener un importante cacao en la cabeza. Los distritos de la capital alavesa replican algo parecido a lo que sucede en la Álava rural a pequeña escala. Hay poco voto fiel; al ... menos, del que no cambia nunca, aunque haya azotado la crisis o reine la prosperidad.

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En los cinco comicios municipales que se han celebrado en las dos últimas décadas (de 2003 hasta hoy), sólo cuatro zonas han mantenido el mismo color político. Son Mendizorroza, el Ensanche y Gazalbide en el caso del PP, y Abetxuko en el del PSE. El resto ha fluctuado, aunque también en ese sentido hay diferentes niveles a lo largo y ancho del municipio más extenso de Euskadi. Están los que sólo han cambiado de 'chaqueta' una vez en veinte años y quienes han utilizado cuatro pigmentos distintos para pintar su barrio. Esos son, precisamente, los que hacen que el triunfo de Vitoria esté en un ajustado puñado de votos.

Con este panorama, uno se imagina a los gabinetes de los diferentes partidos con el dilema de mantener o recuperar al electorado de un barrio o aventurarse a arrebatárselo a su rival directo. Pese a los clichés generalizados, no hay muchas formaciones que puedan dar por sentado que un barrio concreto será su bastión en las urnas. Suele decirse que Zabalgana, Salburua y Aretxabaleta-Gardelegi (ahora Goikolarra) son feudos de EH Bildu; que la zona rural (los pueblos de Vitoria) 'pertenece' al PNV o que Zaramaga es del partido socialista. Sí, pero con matices, porque no siempre fue así.

El PP empezó por imponerse en Zabalgana y el PSE en Salburua (hay que recordar que hasta 2011 EH Bildu no concurrió a las elecciones). Goikolarra, por su lado, sería el quinto distrito con el voto inalterable, aunque empezó a considerarse nuevo barrio en los dos últimos comicios, por lo que su recorrido es más corto. Por otro lado, los conservadores se hicieron con el triunfo en Zaramaga en 2015.

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Ese fue, de hecho, el único paréntesis del partido de la rosa en las dos últimas décadas en este distrito. Aquellos comicios supusieron un importante cambio de tendencia en numerosos barrios, no sólo en el que tiene grabados a fuego los sucesos del 3 de marzo de 1976 como parte de su identidad. Y es que el PP, con Javier Maroto como candidato, sólo dejó 'escapar' seis áreas en 2015: cinco pasaron a manos de EH Bildu (el Casco Viejo y la zona rural noroeste, además de los distritos jóvenes) y el único en el que se resistió el PSE: Abetxuko, que se ha mantenido como feudo socialista de forma ininterrumpida en los veinte últimos años.

Aquella fue la única ocasión en la que el PNV no pintó de verde oscuro ninguno de los barrios y, sin embargo, se alzó con la Alcaldía con Gorka Urtaran por el apoyo de EH Bildu, Podemos e Irabazi. Es decir, esa clase de cosas que hacen de Vitoria la capital más volátil y la arena electoral más disputada de Euskadi.

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La pelea para decantar el gran empate a seis concejales que da el sondeo de Ikerfel para EL CORREO, hará que las formaciones no pierdan ojo a aquellos distritos que cambiaron de color en las últimas elecciones, o que han oscilado entre las diferentes formaciones, síntoma de lo repartidas que están las fuerzas en sus calles.

Pugna por zonas céntricas

En este grupo destacan áreas como San Martín, Coronación, Txagorritxu, Desamparados y Lovaina. Fueron bastiones del PP hasta las elecciones de 2019, cuando los conservadores sufrieron un importante batacazo del que ahora quieren reponerse. Estos tres distritos pasaron a manos del PNV, lo que explica en parte los recelos que mostraron los jeltzales a la hora de definir el trazado del tranvía de Zabalgana por San Martín y las consecuencias que tendría para el tráfico en el entorno de Lovaina.

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Pero más allá de los relevos llamativos entre formaciones a priori irreconciliables, como sucedió en Adurza, Ali-Gobeo y Aranbizkarra, por ejemplo (del PP al PSE), los barrios más llamativos son aquellos que han cambiado de color en hasta cuatro ocasiones. Es el caso de Arantzabela, con dos triunfos para EH Bildu y uno para PNV, PSE y PP en las últimas cinco elecciones. Es verdad, eso sí, que se trata de un barrio con un censo de poco más de 1.200 personas, lo que facilita las mayorías exiguas y, con ellas, los vuelcos en los resultados.

Pero hay otros distritos de una mayor población, que tienen ya una identidad definida por haberse creado hace más de medio siglo. Y, sin embargo, han visto cómo tres siglas muy distintas han salido vencedoras entre sus vecinos. Se trata del Casco Viejo, donde EH Bildu se ha impuesto en las tres últimas citas, pero donde lo hicieron el PNV (2003) y el PSE (2007) hace ya más de 15 años. Algo similar sucede con Judimendi, donde también salió vencedora la izquierda abertzale en los últimos comicios. Sin embargo, la mayoría de los votantes hasta 2007 perteneció al PP y en 2003, al PNV.

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