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El PNV acaparará buena parte del poder local en Álava el sábado. Podría alcanzar hasta 32 alcaldías -más de la mitad de las 51 existentes en el territorio- gracias a las diferentes fórmulas que le permiten sus buenos resultados electorales. En 21 de esos ayuntamientos ... gobernará en solitario al haber obtenido mayorías absolutas. Logrará otros seis alcaldes si se aplica a rajatabla el pacto avanzado con los socialistas. Y aún podría salir vencedor en otras cuatro localidades gracias a los apoyos bien del PP o de EH Bildu, dos formaciones que por su política de impedir gobiernos del contrario podrían arrojar más poder a las alforjas de los jeltzales. Esto puede ocurrir en Labastida, Laguardia, Okondo y Kuartango. Y, en Vitoria, por último, aunque el apoyo del PSE no le brinda la mayoría absoluta, si garantiza al PNV la reelección de Gorka Urtaran como alcalde. Es decir, gobernará en al menos tres municipios más que en la actualidad.
De los seis ayuntamientos que garantiza el pacto PNV-PSE, tan sólo supondrá un vuelco respecto a la lista más votada. Será en Zigoitia, donde los socios le pueden arrebatar la alcaldía a EH Bildu, con quien el PNV empató en escaños. En otros cinco municipios (Amurrio, Llodio, Oion, Samaniego y Ribera Baja) el pacto terminará por decantar la balanza a favor de los nacionalistas -que ganaron las elecciones, pero sin mayoría absoluta- y tan sólo en uno, Iruña de Oca, para los socialistas.
Para el diputado general en funciones, Ramiro González, el acuerdo entre ambas fuerzas es una «especie de isla de estabilidad» en un entorno que carece de ese sosiego político. Por lo que interpreta que los resultados en los últimos comicios fueron «un mandato claro» a favor de mantener la «estabilidad» en la Diputación. Pero más allá de lo que sea su experiencia en el Gobierno foral, el dirigente jeltzale apostó ayer por extender la fórmula a todos los municipios alaveses, aunque sea consciente de que es imposible de desarrollar en Labastida, Laguardia o Kuartango, donde reclamó que gobierne aquel partido que logre «aglutinar» un mayor número de apoyos en cada pleno.
González, como el resto de dirigentes del PNV, sigue haciendo oídos sordos a los mensajes que le trasladan desde ambos extremos y que exigen que se respete la lista más votada. La formación que preside José Antonio Suso carece de 'líneas rojas', así que busca los apoyos de EH Bildu en Labastida y Laguardia -para arrebatar al PP ambos municipios-; y del propio PP en Kuartango, para deshacer a su favor el empate a votos entre PNV y EH Bildu. Si esto no sucede, los nacionalistas creen que sus contrincantes quedarían retratados.
En cualquier caso, a los jeltzales les quedan ayuntamientos en el tintero. Desde hace tres semanas son conscientes de que no repetirán en Artziniega y Lapuebla de Labarca, aunque recuperan Moreda y Yécora. Y Llodio, una plaza simbólica por ser la segunda localidad del territorio y tradicional feudo abertzale. La izquierda soberanista tiene asegurado el mando en nueve municipios, el PP en dos (Baños de Ebro y Navaridas) y las formaciones independientes, en otros siete.
La cómoda victoria cosechada hace tres semanas por el PNV en Amurrio no era suficiente para que la alcaldesa en funciones Josune Irabien respirara tranquila. Con el pacto entre los jeltzales y socialistas y el apoyo del único edil socialista (el también juntero David Romero) alcanzará la mayoría absoluta para hacerse con la 'makila'.
Tras perder Moreda de Álava, los socialistas alaveses ven cómo el acuerdo con los nacionalistas les garantiza una mayoría amplia en Iruña de Oca que apuntala su única victoria en el territorio y frene cualquier 'aventura' política. Con un pacto de gobierno o estabilidad, Javier Martínez seguirá en el poder, donde ya lleva tres lustros.
La suma entre el PNV y el PSE no sería suficiente en la 'capital' de Rioja Alavesa, ya que no alcanza la necesaria mayoría absoluta en el pleno de investidura. Para arrebatarle el último 'bastión' al PP necesitarían el apoyo de EH Bildu, que desde el primer minuto se han mostrado dispuesto a evitar que los populares gobiernen.
La victoria del Partido Nacionalista Vasco en Llodio fue clara el pasado 26-M. El alcaldable jeltzale Ander Añibarro gozaría de una mayoría absoluta con la suma del PSE, aunque nadie contempla la posibilidad de que EH Bildu y los independientes de Omnia intenten plantarle cara en la sesión del sábado.
El PNV podrá gobernar sin aprietos en Oion. Tras vivir una legislatura con un pleno muy fragmentado -tanto los jeltzales como los populares contaban con cuatro representantes- es evidente que el triunfo de la lista de Eduardo Terroba y el posible apoyo socialista les podrá servir para disfrutar de una mayoría absoluta.
Todos los demás partidos tendrían que haberse juntado para arrebatarle la victoria cosechada el 26 de mayo en Ribera Baja al PNV. Pero si finalmente se cumple el acuerdo con los socialistas, se evitará cualquier sobresalto el próximo sábado en las filas jeltzales, que repetirán en el poder otros cuatro años más.
En caso de empate en el pleno de investidura del próximo sábado, el PNV gobernaría en Samaniego al haber acumulado más papeletas que EH Bildu el 26-M. Así que el voto del edil del PSE resultaría una mera constatación de que los próximos cuatro años habrá un alcalde nacionalista en este municipio.
El único vuelco que provocaría en Álava el pacto PNV-PSE llegaría en Zigoitia. Allí, los socios arrebatarían la alcaldía a EH Bildu, que el 26 de mayo sacó 75 papeletas a los jeltzales. En todo caso, la coalición abertzale reclama que no le arrebaten el poder en este municipio de Gorbeialdea si buscan su apoyo en Laguardia y Labastida.
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