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El exlíder del PP vasco, exalcalde de Vitoria y exministro, Alfonso Alonso, ha reaparecido este viernes en Vitoria tres años después de su enfrentamiento a Casado y una traumática salida que sumió a la formación en Euskadi en una profunda crisis interna, para apoyar a la candidata a alcaldesa de la capital alavesa, Ainhoa Domaica, en su primer mitin de campaña. Tras saludar a un público entre el que se encontraba el veterano Alfredo Marco Tabar, -«mi maestro», ha señalado Alonso- quien es «el referente político más importante de este partido en Álava», en palabras de Iñaki Oyarzabal, ha entrado de lleno en el fragor de la batalla electoral con mensajes al PSOE de Sánchez y al PNV por su apoyo a EH Bildu. Se ha referido de plano a la denuncia de Covite y la inclusión de condenados por ETA en las listas de EH Bildu. No le ha sorprendido. «Normalmente las listas de la izquierda abertzale las han hecho los etarras; eso siempre ha sido así. Y siguen mandando exactamente los mismos», ha denunciado.
«Ya no existe ETA pero no ha habido un cambio en las personas, siguen estando ahí con el mismo proyecto de división y ruptura. Es una vergüenza que ocurran estas cosas pero ya se sabía. El interlocutor de Pedro Sánchez es Arnaldo Otegi, ya sabemos quién es», ha agregado. Ha apelado a hacer memoria «de lo que ocurría hace poco, la semana pasada». «A mí no se me olvida que es por el PNV por lo que el presidente del Gobierno es Pedro Sánchez y que desde que es presidente todos los días recibe el apoyo de PNV en una carrera con Bildu para ver quién es el que más apoya sus políticas y las de Podemos».
Convencido de la importancia de estas elecciones municipales «porque son la antesala de un cambio que en España es necesario», en alusión a las próximas generales, ha bajado al plano local y a hablar de la ciudad de la que fue ocho años alcalde. Tras dos legislaturas de gobierno del PNV junto al PSE, dijo, «ya no se les pueden dar más oportunidades». «¿Qué han hecho? Un autobús eléctrico que es un desastre». A su juicio, ha sido un gobierno «flojo», que, entre otras cosas, no ha defendido que el TAV a Pamplona pase por la capital alavesa. «Se han tomado decisiones para Vitoria en Bilbao, en Sabin Etxea». «La Diputación alavesa no es una sucursal delegada del Gobierno vasco», agrega. «Es tiempo de confiar en el PP; no podemos seguir dando oportunidades a gente que lleva la ciudad al estancamiento».
Domaica, «orgullosa» del respaldo de Alonso, ha destacado el Pacto por la Vivienda que logró nada más llegar a la Alcaldía tras veinte años de gobierno del PNV. «Vitoria cada vez está peor», ha señalado. Se ha referido a algunos datos del último sociómetro municipal y ha reiterado «las ganas de los ciudadanos por el cambio». Apuesta por atraer inversión, por un «comercio vivo», por soluciones al «caos de tráfico y movilidad», por poner más policía en las calles y mejorar los servicios para «mayores y las familias».
Las bases del partido esperaban la vuelta de Alfonso Alonso desde el 24 de febrero de 2020, el día en que anunció su dimisión tras un crudo enfrentamiento con la dirección nacional. A mes y medio de las elecciones vascas, luego retrasadas por la pandemia, Pablo Casado lo apartó y designó a Carlos Iturgaiz como candidato a lehendakari. Fue el desenlace de una tensa relación que terminó de estallar cuando Génova impuso una coalición con Ciudadanos. Tras abandonar el cargo, fichó por Acento, la consultora política de la que hoy es presidente.
En 2022 activó su acercamiento al partido, coincidiendo con la llegada de Alberto Núñez Feijóo. De hecho, acudió como compromisario al congreso de Sevilla en el que el líder gallego fue oficialmente elegido presidente del PP. Entonces se le llegó a incluir en las quinielas para formar parte de la nueva cúpula de la formación. No participará en más actos de campaña, pero está previsto que acuda a ver a Feijóo el domingo, en el acto central de Vitoria. «Hemos cerrado las heridas y podemos mirar al futuro con ilusión», ha dicho y ha animado a «algunos» a que «sepan también volver a casa cuando es hora porque nos jugamos el futuro y hoy es ese día». Había empezado su discurso con saludos a veteranos compañeros de partido. «Me alegra mucho veros a todos; hay muchas caras amigas. Me alegra mucho estar en casa. Estoy un poco desentrenado, quizá es también por tanto tiempo sin hablar y con todo lo que tengo acumulado...».
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