Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Desde la sala del sótano en el que aguardaban cargos y militantes hasta los despachos de la quinta planta, una sensación de alivio recorrió anoche Sabin Etxea al confirmar la supervivencia del PNV en Bruselas. El «objetivo principal» de este examen, el de conservar una ... representación histórica que ya durará al menos cuatro décadas, estaba cumplido. Las sensaciones fueron mucho más amargas, en cambio, al comprobar justo después la relación de fuerzas en Euskadi, donde EH Bildu consumó el 'sorpasso' para convertirse en el más votado y dejó a los jeltzales en tercera posición con una brecha de casi cuatro puntos. Ni siquiera superaron la barrera psicológica de los 200.000 votos cuando 49 días antes, en las autonómicas, habían sido más de 370.000.
Las europeas llegaban como el epílogo a un ciclo electoral de máxima intensidad en el País Vasco, con cuatro convocatorias en poco más de un año, en el que las dos siglas abertzales han protagonizado una apretadísima lucha por la hegemonía. El PNV empezó a ver las orejas al lobo en las municipales y forales, cuando sufrió un importante retroceso pero pudo retener un fuerte poder institucional gracias a su coalición con el PSE-EE y, en algún caso, con la ayuda externa del PP. Esquivó la bala por muy poco en las inesperadas generales, cuando EH Bildu se quedó a apenas un millar de papeletas. Y espantó el fantasma en las autonómicas pese a firmar un inédito empate a escaños.
A la cuarta intentona, sin embargo, la formación de Andoni Ortuzar no pudo aguantar el embate. El revés se percibió desde poco después del cierre de los colegios, cuando comenzaron a llegar los datos de interventores y apoderados de esas mesas que Sabin Etxea mira siempre con lupa por ser especialmente representativas de las tendencias electorales. Una tras otra, todas refutaban las primeras encuestas publicadas, que preveían un reñido tú a tú con el PSE-EE por la victoria en Euskadi, y alertaban del empuje de EH Bildu. Aun así, los jeltzales daban por amarrado el escaño de Oihane Agirregoitia en la Eurocámara porque la participación en la comunidad rozó el 51% y diagnosticaban que con un 45% sería suficiente para retenerlo.
El asiento, en efecto, logra maquillar una caída sin más paliativos que ese. A partir de ahí, he aquí unos cuantos datos preocupantes que se leerán hoy en la reunión del Euzkadi buru batzar: respecto a 2019, el PNV se deja más de 11 puntos porcentuales y pasa de primera a tercera fuerza cuando nunca había bajado más allá de la segunda plaza en unas europeas; no sólo no gana a nivel de Euskadi, sino que tampoco lo hace en ninguno de los tres territorios, ni siquiera en su feudo de Bizkaia (victoria del PSE-EE), mientras que en Álava (también de los socialistas) queda cuarto por detrás del PP; el botín cosechado por Geroa Bai en Navarra es raquítico, con algo más del 3% en una comunidad donde forma parte del Gobierno; y qué decir ya de Iparralde, un caso aparte, donde el PNB, su marca francesa, supera por poco el 1%.
Noticia relacionada
Félix Montero
«Esperábamos unos resultados algo mejores», se limitó a reconocer Ortuzar al filo de la medianoche en una comparecencia que no llamaba al optimismo. A su alrededor, caras de circunstancias tanto de quienes le acompañaron en el escenario -entre ellos, la propia Agirregoitia- como de los que se quedaron sentados abajo -con la ausencia de Iñigo Urkullu-; y en su discurso, ni un ápice de autocrítica. «Hemos conseguido que nuestro mensaje haya encontrado eco entre tanto ruido», llegó a valorar aferrándose al escaño conseguido y responsabilizando de la bajada a la «polarización» en España, el «voto útil» a otras formaciones y, una vez más, a la «abstención de parte de nuestro electorado clásico».
Es en este estado de salud, vivo pero tocado y temeroso de unas nuevas generales en otoño que agudicen el desgaste, en el que el PNV encara ahora el camino hacia su Asamblea General, que en principio prevé convocar a principios de julio para que se celebre a comienzos de 2025. Una cita «casi refundacional» en busca de un relanzamiento y para la que Ortuzar aún no ha despejado la incógnita de si aspirará a un cuarto mandato o dejará paso a una renovación similar a la que él y su ejecutiva impusieron en la candidatura a la Lehendakaritza al prescindir de Urkullu y apostar por Imanol Pradales.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Estos son los mejores colegios de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.