Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
En la política española se sigue llamando 'pegada de carteles' al acto con el que los candidatos inician oficialmente, quince días antes de que se coloquen las urnas, sus campañas electorales, aunque hace mucho tiempo que, en la mayoría de los casos, ni se pega ... cartel alguno ni el acto en cuestión es el inicio de nada. Pedro Sánchez lleva más de un mes recorriendo España y haciendo anuncios en materias como vivienda o educación para tratar de incentivar el voto al PSOE en las elecciones del 28 de mayo. Pero la pegada para esta cita reñida, a la que se mira ya como primera vuelta de las generales de diciembre, le pilló en la madrugada de este viernes a kilómetros de distancia, en Washington, con una de las figuras más emblemáticas del partido demócrata, Nancy Pelosi. «Una mujer que se enfrenta a quienes buscan dividir con odio e intolerancia. Una mujer -esgrimió- que nunca ha dudado de lo que es justo».
El encuentro con la expresidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos en la residencia del embajador de España, para hacerle entrega de uno de los más significados distintivos del Estado español, la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica que le fue concedida en un reciente Consejo de Ministros, es solo un aperitivo de la reunión que jefe del Ejecutivo mantendrá este viernes a las 20:00 h. (hora española) con Joe Biden en la Casa Blanca. Sin embargo, da a Sánchez la oportunidad de maximizar el impacto mediático de una breve visita que, según admiten los socialistas, quizá no mueva por sí misma un voto pero sí contribuirá, entienden, a consolidar su imagen presidencial y a asentar un perfil internacional del que su principal oponente, Alberto Núñez Feijóo, carece, al menos por ahora.
La entrevista con el líder de la primera potencia mundial tendrá como trasfondo fundamental los asuntos relacionados con la presidencia europea que España asumirá entre julio y septiembre. En la Moncloa subrayan que los contactos que ha mantenido Sánchez en los últimos meses con motivo de ese acontecimiento con actores muy relevantes del contexto geopolítico mundial -como el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, el chino Xi Jinping, el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, el colombiano Gustavo Petro o el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, además de otros socios comunitarios- le ha proporcionado un conocimiento «muy exhaustivo» de las principales claves y dinámicas de la política internacional que resulta de gran interés en este momento para Estados Unidos.
Sánchez tiene intención de abordar con Biden los ejes fundamentales de su futuro mandato rotatorio, en el que jugará un papel determinante la relación con América Latina, la cuestión de la autonomía estratégica, la reindustrialización (aunque en el Ejecutivo subrayan que toda la controversia en torno al IRA, el plan de ayudas directas a empresas 'verdes' puesto en marcha por Estados Unidos, es competencia de la Comisión y Sánchez no tiene intención de «interferir») y por supuesto la guerra en Ucrania, una cuestión sobre la que existe plena sintonía.
Esta misma semana, el lunes, la ministra de Defensa, Margarita Robles, y la embajadora de Estados Unidos en España, Julissa Reynoso, ya rubricaron el acuerdo alcanzado en junio durante la cumbre de la OTAN en Madrid por el que, para enfado de Unidas Podemos, la US Navy podrá sumar otros dos destructores a los cuatro que tenía autorizados en la base de Rota como parte del escudo antimisiles de la Alianza. Inicialmente, se preveía una modificación del Convenio de Cooperación para la Defensa entre ambos países que habría obligado a una votación en el Congreso, pero para evitar nuevas tensiones con el socio minoritario del Ejecutivo, se ha buscado una fórmula, a través de un retoque en una enmienda, por la que se sortea ese paso; lo que no impidió que los morados reprocharan ayer al PSOE su actuación a través de una dura intervención en la Cámara baja del diputado Gerardo Pisarello.
Sobre la mesa estará también el acuerdo para la acogida regular de inmigrantes latinoamericanos procedentes de los «centros de tramitación» que Estados Unidos creará en Guatemala y Colombia con el objetivo de rebajar la presión migratoria sobre su frontera, una cuestión especialmente relevante para los estadounidenses justo ahora que se deja de aplicar el llamado Título 42 que ha permitido la expulsión de inmigrantes en caliente con el argumento de la pandemia de la Covid-19. Fuentes del Ejecutivo subrayan, en todo caso, que no hay cuotas establecidas, que el asunto se encuadra dentro de los programas de migración circular que ya ha puesto en marcha España con varios países de Centroamérica y Latinoamérica (a los que se han acogido, apuntan, entre 2.000 y 3.000 personas) y que tanto el número de personas que lleguen por esa vía como por su condición de refugiados dependerá de las «necesidades» del mercado laboral español.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, que viajó por adelantado a Washington para preparar la reunión con el secretario de Estado, Anthony Blinken, rebajó en una comparecencia conjunta, por otro lado, las posibilidades de cerrar este mismo viernes un acuerdo para la retirada de las tierras contaminadas con plutonio en Palomares en 1966, a pesar de que ambos afirmaron que las negociaciones sobre el asunto se reanudarán «pronto». Y en Moncloa se muestran igualmente prudentes con la posibilidad de desencallar el conflicto en torno a los aranceles impuestos por la administración estadounidense a la aceituna negra, un asunto de calado para el sector español de la agricultura.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.