El fabricante vasco de vidrio para bebidas y alimentación Vidrala logró pasar el año del Covid mucho mejor de lo esperado y prevé mantener su estrategia de crecimiento a través de nuevas inversiones que sumaran nada menos que 600 millones de euros en cinco años, ... en el periodo 2020-2024. Esta cifra supone un 30% más que las realizadas en el lustro anterior en términos comparables.
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Los 140 millones ya invertidos en 2020 –cifra récord en la historia de la vidriera– 30 millones de euros tuvieron por destino su planta de Llodio, en la que se renovó uno de sus hornos y se realizaron diversas actuaciones para ganar eficiencia.
«Somos una empresa inversora y nuestra vocación es el crecimiento, lo llevamos en el ADN», según manifestó el presidente de Vidrala, Carlos Delclaux, con motivo de la junta de accionistas del grupo. Tras la estrategia de compras internacionales para diversificar mercados desarrollada en años anteriores, el foco ahora está puesto en crecer sobre sus posiciones actuales.
Las nuevas inversiones en la planta alavesa «para mejorar la competitividad, reduciendo los costes y mejorando las condiciones operativas y de trabajo». De cara a las plantas de Portugal y en Reino Unido, la compañía en este caso si tiene previsto ampliar capacidad porque aún hay gran margen para crecer en esos mercados, así como potenciar su aprovisionamiento energético a través de sistemas de energías renovables.
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Hoy en día Vidrala es un grupo con una capacidad instalada de 2,4 millones de producción de vidrio, que por si sólo concentra el 15% de la cuota de mercado de la Europa continental, en que su presencia es de líder en España, Portugal y Reino Unido, mientras que en Italia va asentando una buena posición. Tiene 8 plantas productivas repartidas por España, Portugal, Italia, Inglaterra e Irlanda del Norte, con una plantilla global que ronda los 3.500 trabajadores.
Delclaux recordó el acierto que supuso para el grupo la venta su planta de Bélgica justo antes de que se desencadenase la pandemia; así como apostar fuerte por Portugall con la compra de su principal competidor en la zona en 2017 y la entrada en el Reino Unido en 2015.
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Por lo que se refiere al ejercicio 2021, en el primer trimestre las ventas de Vidrala totalizaron 234,9 millones, con un descenso del 3,6%, porque se compara con el trimestre prepandemia, pero que la evolución posterior marcará una línea de crecimiento. Dado el posicionamiento en segmentos de mayor valor añadido y su mayor eficiencia, el grupo ha cosechado un beneficio neto de 32,7 millones, con un alza del 9,7%.
Con vistas al conjunto del año, Vidrala prevé mejorar todos los parámetros con respecto a 2020 en que facturó 988,4 millones y registró un beneficio de 159,5 millones. Así Delclaux especificó que espera crecer en ventas, márgenes y beneficios, aunque con moderación dado el impacto que están teniendo las tendencias inflacionistas. Se están disparando los precios energéticos, sobre todo en electricidad y gas natural, lo que es muy relevante para una industria como la vidriera que es consumidor intensivo. A todo esto hay que sumarle el incremento de los precios del CO2.
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El Brexit en si no ha beneficiado a Vidrala, pero si haber tomado posiciones en el Reino Unido e Irlanda allá por 2015, ya que en estos momentos operan en ese mercado como un fabricante local, que suministra al mercado local, por lo que la burocracia arancelario no le afectan tanto como a otros. Es más, la presencia en el Reino Unido ha servido de estabilizador económico al conjunto del grupo ya que en 2020 los mercados que más se pararon por el Covid fue Europa continental, mientras que el mercado británico mantuvo mayor dinamismo.
La compañía aprecia tres megatendencias en los mercados: una gran presión de la competencia en precios; una focalización hacia los grandes clientes con necesidades más sofisticadas; y todas las corrientes de sostenibilidad que sitúan al vidrio en una posición de clara ventaja.
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Para rebajar sus costes energéticos Vidrala tiene varios proyectos en marcha para aprovisionarse de energía fotovoltaica en su planta de Caudette (Albacete) y en Portugal; otros de uso de biodiésel vegetal y eólica marina en Reino Unido e Irlanda; así como potenciar más el uso de vidrio para reciclar en la planta vasca que por sus características implica un proceso productivo de menor consumo energético y menos emisiones, lo que le hace muy competitivo.
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