«La velocidad hacia el coche eléctrico la impondrá el cliente»

Si hay una industria que se encuentra en una encrucijada, es la del automóvil. Uno de sus grandes retos es el de la digitalización. Lograr una fábrica 4.0 acorde a la visión del vehículo que se tiene en Mercedes Vitoria: «un software sobre ruedas». Titos cree imprescindible crear «un estándar de digitalización para la gestión de datos, visualizar la cadena de suministro y aplicar la simulación con datos del flujo de material hasta el cliente final». Toda esta actualización requerirá de un «enorme esfuerzo» por parte de la marca que, como recordó, invertirá durante los próximos cinco años 60.000 millones de euros en sus proyectos para convertirse en una firma eléctrica y digitalizada.

Será un trabajo «a largo plazo» para llevar a buen puerto el proceso de electrificación del automóvil. La factoría vitoriana está, según su director general, «preparada, porque tenemos una exigencia y, si hay demanda, tenemos tecnología y recursos. Sólo depende ya de que los clientes nos acompañen». En ese eterno dilema del sector -si es primero la demanda o la oferta de una infraestructura adecuada- se encuentra el riesgo que los fabricantes «debemos asumir».

Titos enfatizó que «la velocidad en ese proceso de transición hacia el vehículo eléctrico la va a imponer el cliente». Entre otras razones, porque su coste «tiene que ser atractivo y pagable». Al fin y al cabo, dijo, la misión de Mercedes Vitoria siempre ha sido «dar satisfacción al cliente».

Titos también se refirió al último y más actual de los escollos: no es posible satisfacer la demanda de coches por la crisis de los semiconductores. Europa, insistió, debe cambiar la estrategia para no estar supeditada a lo que decidan los demás en cuanto a esos anhelados chips o las baterías de los coches eléctricos.