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En armonía. Así es como llevan en Euskadi la convivencia los taxistas y las empresas de vehículos con conductor, y así es como esperan que se mantenga. Para ello, para evitar que se alcance un escenario de confrontación total que salpique a los ciudadanos, como ... ya ha ocurrido en Madrid o Barcelona, y ante la amenaza de la implantación de empresas como Uber o Cabify, el Gobierno vasco y representantes de los dos sectores se han reunido este lunes en la Mesa del Taxi, un foro en el que se han sentado las bases de una nueva norma vasca que parece que verá la luz muy pronto.
Y es que el acuerdo sellado hace unas horas en Lakua será ratificado en la próxima reunión, que podría tener lugar a final de mes, para que el Ejecutivo pueda comenzar a redactar el texto articulado atendiendo a los aspectos recientemente fijados. Estos han sido principalmente dos: la precontratación y la no captación.
En el primer punto han acordado que los servicios de VTC deben realizarse «con una hora de antelación». Esa es la regla general, para clientes «esporádicos». También contemplan circunstancias especiales que justifican esa imposición temporal. «Estas empresas trabajan desde hace tiempo con otras de seguros, mutuas o asistencia en carretera, relaciones que requieren de una anticipación más breve», ha explicado Janire Bijueska, directora de Planificación del Transporte del Gobierno vasco.
Estas particularidades y muchas más están aún pendientes de concretar. Lo que sí está definido es la prohibición de tránsito por las calles de estos vehículos con conductor –casi un centenar– que no estén prestando servicio, para evitar así que puedan atraer clientes. «Deberán estacionar en su base o aparcamiento fuera de la vía pública hasta que sean requeridos de nuevo. La geolocalización será interna, la empresa será la que prevea el vehículo, evitando que su ubicación sea accesible para los usuarios mediante dispositivos digitales». Además de todo esto, también se incide en que «las VTC están vinculadas a un coche y no al conductor», vehículo que tras obtener la autorización deberá ser utilizado para ello «por un periodo no inferior a cinco años», salvo que motivos técnicos o mecánicos le obliguen a darse de baja.
La responsable del Ejecutivo ha calificado de «triunfo» el tono de la reunión y la «constructiva voluntad de las partes para evitar cualquier confrontación». «Hoy no ganan unos ni otros, sino la sociedad vasca. Gracias a este acuerdo conseguimos regular el sector de las VTC de forma que conviva de manera ordenada con el del taxi, ambos servicios de diferente naturaleza, con una larga trayectoria en Euskadi, y que se pueden complementar». Bijueska ha afirmado que los vehículos con conductor atienden las necesidades «que clientes demandan en condiciones diferentes a las del taxi, por lo que la casuística tiene que ser propia».
El representante de las VTC en Euskadi, Iker Angulo, vicepresidente de la asociación ASOVAS, de reciente creación, ha rehusado hacer declaraciones en la rueda de prensa realizada tras la reunión. Quien sí ha ofrecido una valoración allí mismo y también posteriormente a este periódico ha sido Borja Musons, presidente de la Federación Vasca de Taxis. «Salimos bastante animados, llevábamos tiempo reclamando al Gobierno vasco que tomara medidas, por los problemas que podemos ver en otras ciudades. En Euskadi hasta ahora las VTC ofrecían su servicio sin regulación», declara, dando el visto bueno a la prohibición de captar clientes en plena calle, además de al tiempo de precontratación. «Meternos en sus días de descanso y en la forma de prestar el servicio entendemos que no es bueno. Hay muchas empresas pequeñas que llevan muchos años y que podrían tener problemas».
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