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La vizcaína Egoin consolida su sistema industrializado de construcción con madera en Reino Unido

La vizcaína Egoin consolida su sistema industrializado de construcción con madera en Reino Unido

La firma llega a un acuerdo con una promotora británica para construir 160 viviendas en Manchester y Birmingahm con sus paneles de madera contralaminada fabricados en Ea y Legutiano

iratxe bernal

Lunes, 29 de junio 2020

Pino radiata vasco de bosques sostenibles para cimentar la regeneración urbanística de Manchester y Birmingham. Literalmente, porque su madera servirá para construir íntegramente, desde el forjado al acabado de paredes y suelos, de las viviendas que transformarán antiguas zonas industriales de ambas ciudades en vanguardistas entornos residenciales donde los materiales naturales y la innovación tecnológica serán los nuevos protagonistas. La responsable es la empresa vizcaína Egoin, especializada en el diseño y desarrollo de soluciones estructurales en madera contralaminada (CLT), que ha alcanzado un acuerdo con la promotora británica Urban Splash, experta a su vez en la recuperación de entornos degradados.

La alianza con Urban Slapsh es, según Unai Gorroño, su director comercial, «un salto cualitativo» para la firma con sede en Ea, que apostó hace ya doce años por los paneles contralaminados para potenciar el uso de la madera en la construcción como alternativa sostenible frente hormigón y el acero. En sus plantas de producción de la propia Ea y Legutiano, las tablas de pino radiata con certificado PEFC y se unen por presión lateral hasta que forman una lámina que, después, se encola y se pega a otra en la que la disposición de las tablas es perpendicular con respecto a las de la primera. De ahí el acrónimo CLT, siglas de 'cross laminated timber', madera laminada cruzada o en cruz. Lámina a lámina (tres, cinco o siete, según el grosor deseado) se conforman paneles que finalmente se prensan para que queden perfectamente compactados.

El siguiente paso es donde Egoin ofrece verdadera ventaja competitiva la promotora británica: sobre estos panales, proyecta lo que requiera la construcción en función del papel que desempeñen en la estructura del edificio. Se puede, por ejemplo, entregar con los los vanos de ventanas o puertas ya definidos. De modo que su centenar de trabajadores los preparan 'prêt-à-porter' según las especificaciones de cada proyecto y los traslada a su lugar de destino listos para ser montados como si fueran piezas de un gran mecano. Una vez en la obra se les aplican los acabados que correspondan, de fachada o interiores. «Es cambiar las horas en la propia obra por horas en oficina técnica», resume Gorroño.

«Es un cambio de filosofía, pasar de ser proveedores de material a serlo de soluciones de ingeniería. Ahora pasamos a ser parte del equipo de diseño del proyecto, a colaborar con ellos desde el inicio e ir introduciendo mejoras a medida que avanza cada una de las fases de la construcción», subraya.

«Además en este caso, cuando Urban Splash trabaja en nuevas viviendas tiene unos diseños base que modifica muy poco según el tipo de vivienda de cada obra, por lo que nosotros podemos estandarizar el producto y ofrecer unos paneles que se ajustan totalmente a lo que piden para cualquier promoción», añade Eneko Zaldibar, responsable de operaciones en Reino Unido. «Ellos querían un control total del proceso y allí sólo nosotros podíamos dárselo. Las otras ingenierías se limitan al diseño, encargar la fabricación a empresas de Austria (donde nació la técnica del contralaminado) o Letonia», subraya.

En realidad, no es sólo cosa de Reino Unido. Internacionalmente hay muy pocos fabricantes de este tipo de paneles y menos aún que integren todo el proceso según las exigencias del constructor, lo que hace de Egoin una de las referencias en un mercado que cada vez gana terreno a otros modelos constructivos menos sostenibles. Por ejemplo, en el caso de las promociones de Urban Splash en Manchester y Birmingham, la superficie total construida de las 160 viviendas será de 16.400 metros cuadrados. Para Egoin, esta cifra se traduce en el traslado al Reino Unido de 6.900 metros cúbicos de madera, un material que evitará la emisión a la atmósfera de 5.600 toneladas de dióxido de carbono en la construcción de unos bloques de viviendas de hasta seis alturas. Además, esta madera «tecnológica» cuando es empleada en la estructura (y por tanto va adecuadamente aislada e impermeabilizada) o en interiores no requiere además mantenimiento, lo que la hace apta incluso para entornos o usos tradicionalmente vetados para esta materia prima sin miedo a la humedad o los insectos xilófagos.

La firma factura anualmente 20 millones de euros, de los que un 25% ya procede de pedidos realizados en el extranjero. En el mercado británico lleva desde hace siete años y su tecnología ha sido reconocida por el Real Instituto de Arquitectos, un bagaje que, con el paso dado ahora gracias a los proyectos de Manchester y Birmingham, esperan cambiar también su relación con otros clientes.

«Cada vez hay más interés por las construcciones de madera con criterios pasivos (que buscan la eficiencia energética) y esta industrialización de la construcción permite un control total del proceso, por lo que creemos que constructores y arquitectos que ya conocen nuestra madera contralaminada darán un paso más en próximos proyectos», señala Unai Gorroño.

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