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La ralentizacion económica global de los últimos meses ha provocado que se haya congelado la subida de tipos de interés por parte del Banco Central Europeo durante un plazo mayor de lo inicialmente previsto. La buena noticia para los agentes económicos endeudados es que vamos ... a continuar con tipos en mínimos históricos en Europa y, por tanto, será un balón de oxígeno importante tanto para la actividad privada como para la pública. Incluso al otro lado del atlántico la Reserva Federal de USA empieza a hablar de cambio de sesgo de su política monetaria para el año próximo. Demasiado pronto para anticiparlo, en cualquier caso.
Estoy segura de que este hecho alivia a no pocas empresas que necesitan contar con una financiación tan benigna como la disfrutada durante los últimos años. Pero como nunca llueve a gusto de todos, la decisión del BCE supone un lastre para el sector bancario europeo, que se ve asfixiado ante una situación de precios que no le permite rentabilizar su coste del capital. La banca europea generó un rendimiento medio sobre el capital en el entorno del 6% el año pasado; en al caso español ronda el 9%, rentabilidad menor, en cualquier caso, al coste de su capital.
Si a la situación de tipos de interés le sumamos un escenario de mayores exigencias regulatorias y la necesidad de acometer grandes inversiones en tecnologia, el cocktail resultante es un nuevo debate sobre la necesidad de que se produzca una mayor consolidación bancaria en Europa para conseguir sinergias de costes y mejora de la eficiencia. En este sentido, durante las últimas semanas hemos podido oír declaraciones del responsable de Supervisión del Banco Central Europeo y la de nuestro propio gobernador del Banco de España, entre otros, abogando por una reducción del exceso de capacidad en el sector.
En España el proceso ha sido muy intenso; así en seis años el número de personas que trabajan en el sector se ha reducido en 85.000 y el número de sucursales se ha rebajado en más de 18.500, alcanzando el mismo número que en 1980. Estos datos reflejan que algo queda por hacer, pero igual no tanto. Estos datos reflejan, sin ninguna duda, una adaptación intensa del modelo de negocio bancario a los nuevos tiempos, donde casi el cincuenta por ciento de los clientes bancarios son principal y únicamente digitales.
La siguiente derivada sería plantear la consolidación transfronteriza que en estos momentos no parece sencilla, dadas las dificultades regulatorias que todavía existen en la consecución de la Unión Bancaria. Tal y como apuntó Andrea Enria, este sigue siendo un «objetivo a largo plazo». Pero esté atento, porque hay demasiado ruido en el ambiente como para que no se produzcan nuevas operaciones en el futuro cercano.
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