Rockandbox, la 'startup' bilbaína que sube la temperatura en los dormitorios

«Cuando una pareja acude al sexólogo porque nota que su relación está decayendo, lo primero que les recomiendan es que salgan de la rutina e intenten hacer cosas nuevas. Vamos, reavivar la chispa. Hay gente que se anima enseguida a seguir la recomendación, pero tambén hay otra a la que le cuesta más probar cosas nuevas y no digamos ya entrar en un 'sex shop'», explica Nacho Ramos, uno de los fundadores de Rockandbox.

La mención al sexólogo no es gratuita. El tablero ha sido diseñado por un psicólogo experto en educación sexual para que, a partir de la mecánica habitual en los juegos de mesa de ir leyendo cartas o tarjetas, la pareja vaya entonándose «para que vuelvan a comunicarse de un modo cercano e íntimo y que sientan curiosidad por nuevas formas de disfrutar». Con cada pregunta los jugadores irán descubriendo cuánto saben de los gustos, preferencias o fantasías del otro, y con cada prueba irán realizando acciones para las que irán necesitando el resto de artículos incluidos en la caja.

«Parte de la gracia es que no se sepa qué productos hay en cada uno de los paquetes que van en la caja junto al tablero, hasta que alguna de las cartas te pida que abras uno u otro. Lo único que hemos adelantado es que contiene un succionador, porque es algo que ahora mismo tiene mucho tirón, que todo es de primeras marcas con las que ya trabajamos y que hay 'algo' que es comestible», señala misterioso Ramos. Lo que sí desvela es que el precio, 129 euros, está un poco por debajo de lo que su contenido nos costaría por separado en otros establecimientos; unos 150.

El tablero y las fichas que representan a los jugadores están personalizados con el nombre de cada uno de ellos y tiene como ambientación o 'leitmotiv' un concierto de música. De momento, la firma ha optado por dirigirse sólo a las parejas hetero, pero muy pronto espera acercarse a públicos con otras orientaciones incorporando a las cajas tanto nuevos elementos como nuevos diseños para los tableros. «Estamos dando nuestros primeros pasos y hemos tenido que empezar focalizando y concretando sólo un producto, al igual que al elegir qué juguetes vendíamos en la web también nos hemos decantado un tipo concreto, los que tienen una mayor aportación tecnológica, que es algo cada vez más valorado por el público», explica.

El nacimiento de 'startup' es todo un ejemplo de empeño por emprender y el funcionamiento de Demium Starup, la incubadora en que se ha formado. Sus promotores se conocieron en una de sus AllStartup, jornadas abiertas a la participación de cualquiera con inquietud por participar en un nuevo proyecto emprendedor. Allí se forman grupos con personas a las que no conoces con el objetivo de que sus diferentes perfiles y experiencias ayuden a perfilar una posible idea de negocio.

Esa primera idea no tiene que ser definitiva. Ni mucho menos, pero los mejores pasan a la incubadora, donde con el asesoramiento de los expertos trabajan la propuesta hasta pulirla o incluso descartarla y sustituirla por otra. No importa. No hay que desanimarse. Lo importante es dar con algo realmente prometedor y, a partir de ahí, en sólo seis meses lanzar lo que en la jerga denominan producto mínimo viable, que, en el caso de Rockandbox, es esta primera caja sorpresa para San Valentín.