Rita Indiana, en cuarentena. Eduardo Martínez
Música económica

Rita Indiana y la moneda que nubla el entendimiento

La escritora y cantante dominicana adapta en su nuevo sencillo un cuento de Jorge Luis Borges, que le sirve para hablar del poder del dinero en «tiempos apocalípticos»

CARLOS BENITO

Sábado, 6 de junio 2020, 22:10

Esto escribió Jorge Luis Borges: «Nada hay menos material que el dinero, ya que cualquier moneda (una moneda de veinte centavos, digamos) es, en rigor, un repertorio de futuros posibles. El dinero es abstracto (...), el dinero es tiempo futuro. Puede ser una tarde en las ... afueras, puede ser música de Brahms, puede ser mapas, puede ser ajedrez, puede ser café, puede ser las palabras de Epicteto, que enseñan el desprecio del oro». Y culminó esa argumentación con la conclusión de que «una moneda simboliza nuestro libre albedrío». Todas estas frases corresponden a 'El zahir', un cuento fascinante y misterioso, esotérico incluso, que forma parte de 'El Aleph'. En él, un narrador llamado Borges relata cómo, en un bar, le dieron entre las vueltas una moneda de veinte centavos que, en realidad, era un zahir, una suerte de manifestación divina que obsesiona a quien entra en contacto con ella hasta hacerle perder el interés por todo lo demás. El escritor argentino repasa, en una de sus enumeraciones alucinadas y alucinantes, cómo el zahir (uno de los noventa y nueve nombres del Dios islámico) ha tomado cuerpo a lo largo de la historia en un ciego de Java, un astrolabio persa, una brújula del siglo XIX o una veta en el mármol de un pilar de la judería de Tetuán. Parece tener cierta lógica perversa que, en la Argentina de 1929, donde se enmarca el cuento, su inabarcable infinitud se concrete en una pieza de dinero: el país sudamericano estaba en esa fecha a punto de sufrir la devastadora miseria de la Gran Depresión.

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Desde luego, nadie habría sido capaz de ver en 'El zahir', un cuento erudito que seguramente tiene más referencias cultas que frases, un buen candidato a transformarse en una canción popular. Y, sin embargo, hace unos días se publicó 'El zahir', un trepidante sencillo de Rita Indiana que se inspira directamente en el contenido del relato y sus fuentes literarias e históricas. Hacía falta una buena dosis de audacia para acometer el desafío, pero a Rita Indiana nunca la han vencido esas dificultades: la escritora y cantante dominicana, afincada en Puerto Rico, es una de las grandes renovadoras de los sonidos caribeños, a los que somete a un tratamiento que aúna raíces y vanguardia, capaz de depurarlos de tópicos a la vez que potencia al máximo su caudal popular, tanto en lo musical como en lo lingüístico.

El óbolo del barquero

'El zahir' es un adelanto de su próximo álbum, 'Mandinga Times', un «cancionero apocalíptico» que ha grabado en colaboración con Visitante, de Calle 13. «El tema del dinero es muy importante si vas a hablar sobre tiempos apocalípticos. Es uno de los más importantes si vamos a hablar de por qué el mundo está jodido, de por qué el mundo se acaba», ha declarado la artista en conversación con 'Remezcla'. Y el dinero, ese zahir que nubla todo lo demás, manifiesta su poder de múltiples maneras a lo largo de la canción. «Una moneda está en el fondo de un pozo, / la tiré un día y pedí de esto y de lo otro, / una moneda dando vuelta en el aire / cayó del lado de la apuesta de alguien», dice la primera estrofa. En la segunda, aparece como improbable 'guest star' el propio Jorge Luis Borges: «Una moneda en un bolsillo es bien poco, / según un ciego puede volverte loco. / Una moneda con dos caras y tu nombre, / por varias vendieron al hijo del hombre». Además de la traición de Judas, la letra toma del cuento la alusión al óbolo para Caronte, el barquero del Hades que traslada las almas de los difuntos a la otra orilla del río Aqueronte: «Una moneda para comprar el silencio, / una moneda para la boca del muerto, / de un lado esclavo y del otro un liberto / para que Caronte te recoja en el puerto».

Esta canción proteica con ritmo de gagá contemporáneo es capaz de combinar un recitado en noruego a cargo de Sakari Jäntti, acerca de los esclavos que se inmolaban con sus amos para acceder a otra vida de libertad y abundancia, con una referencia tan caribeña como la promesa de un tesoro pirata: «En esta casa hay morocota enterrada, / allá en los patios por el lado del aljibe, / el fantasma de un bucanero que ahí vive / en medio de un sueño me lo vino a enseñar. / Busca la pala, para que cuando la luna / se ponga oscura como sangre cuajada / abramos el hoyo para sacar la botija / que todos mis muertos a mí me tienen guardada». El vídeo, dirigido por Noelia Quintero y realizado en pleno confinamiento, es la prueba de que para el arte no siempre hacen falta un montón de monedas.

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