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Los recibos de la luz y el gas siguen siendo un enigma para muchos usuarios, incapaces de comprender los aspectos más básicos no ya de la factura, sino de los servicios que tienen contratados. Por ejemplo, tres de cada cuatro (concretamente, el 77%) desconocen ... la diferencia entre el mercado regulado y el libre eléctrico. En el caso del gas, el porcentaje es muy similar (74%). En semejante contexto, no es de extrañar que dos tercios de los usuarios de la luz no sepan si están acogidos al Precio Voluntario al Pequeño Consumidor (PVPC) o pagan un precio acordado con la comercializadora de turno. Otro tanto se puede decir respecto al gas, mercado dividido en lo que se conoce como Tarifa TUR (regulada) y el libre.
Son algunos de los datos contenidos en el Panel de Hogares de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) correspondiente al primer semestre del año. La encuesta revela otras situaciones más llamativas incluso. Como que algo más de uno de cada cinco usuarios de electricidad (el 22%) no saben qué potencia tienen contratada en el suministro. Esto significa que muchos de ellos pueden estar pagando un sobrecoste al disponer de una potencia eléctrica que en demasiadas ocasiones no se necesita.
Cabe recordar que el término de potencia constituye la parte fija del recibo. Es decir, se paga en función de los kilovatios (kW) contratados, independientemente del consumo. En función de ello ese coste será más alto o más bajo. A este respecto, el informe de la CNMC constata que el 70% de los hogares tiene una potencia contratada de hasta 6 kW, mientras que un 5% dispone de entre 7 y 10 kilovatios. Son muy pocos (el 2%) los que superan los 10 kW.
Otro aspecto importante a la hora de economizar en el recibo de la luz es la discriminación horaria, que implica pagar más por kilovatio consumido en una determinada franja del día, y menos en la restante. Pues bien, un tercio de los hogares con suministro eléctrico admite no saber qué tipo de tarifa tiene contratada. El resto declaran tener una tarificación por horas (el 28%), otros optan por la discriminación horaria o precios por tramos (16%), mientras que sólo hay un 6% de hogares que pagan una tarifa plana al mes.
Al menos, buena parte de los usuarios con discriminación horaria en su tarifa eléctrica (el 70%) tiene en cuenta los precios de los diferentes tramos horarios en sus hábitos de consumo. Es decir, que ponen la lavadora, el horno o encienden la calefacción eléctrica en la franja horaria más barata. Pero el cálculo sobre el momento óptimo para gastar en luz no es exclusivo de los usuarios con discriminación horaria. Los que tienen un contador 'inteligente' efectivamente integrado en el sistema (que son prácticamente todos) pueden saber en qué horas del día siguiente la electricidad será más asequible y por tanto planificar su consumo. Pero a día de hoy es algo que sólo hace el 17%.
El Panel de Hogares de la CNMC también desvela que uno de cada tres hogares aún no conocían la existencia del bono social eléctrico, un descuento en la factura eléctrica dirigido a consumidores vulnerables.
En cuanto a los suministros conjuntos de luz y gas natural, la mitad de los hogares españoles declararon tener contratado el servicio con el mismo proveedor. La principal razón aducida no es económica, sino de comodidad (así lo admitieron el 41% de los encuestados). Un 32% lo hicieron para beneficiarse de los descuentos en la electricidad por contratar una oferta combinada de luz y gas. Como tercer argumento (para el 29%) se situó una reducción de los gastos conjuntos para estos hogares.
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