Así afectará la prórroga de los Presupuestos Generales a tu día a día

Puede sonar ajeno a nuestro día a día, pero la renuncia del Gobierno a realizar unos Presupuestos Generales para 2024 tendrá efectos inmediatos en muchos hogares. Más allá de las consecuencias indirectas que puedan derivarse del aplazamiento de inversiones o medidas (como planes de vivienda, ayudas sociales o planes para construcción o mejora de infraestructuras), que pese a estar anunciadas ahora chocan con un techo de gasto que no se puede superar, muchas familias se verán perjudicadas por la no actuación del Indicador Público de Renta a Efectos Múltiples.

El IPREM se creó en 2004 para sustituir al Salario Mínimo Interprofesional (SMI) como referencia para la concesión de determinadas ayudas y aunque no sólo puede actualizarse a través de las cuentas públicas, hacerlo en ellas es lo habitual, así que, de momento, a falta de Presupuestos propios para 2024, los valores del indicador siguen siendo los de 2023: 20 euros diarios, 600 mensuales y 7.200 anuales para el anual en 12 pagas y 8.400 si son 14.

Estas cifras son las que se usan como referencia para, por ejemplo, estimar el importe de ayudas del SEPE, como el subsidio de desempleo, que por ley tiene una cuantía establecida equivalente al 80 % del IPREM mensual vigente en cada momento. En estos casos, la prórroga de los Presupuestos y la no revalorización del indicador de acuerdo al IPC implica la pérdida de valor adquisitivo para los perceptores del subsidio.

Por otra parte, el IPREM también se emplea para establecer el límite de las rentas personales y familiares que determina si se tiene o no derecho a otras ayudas que van desde las dedicadas al pago del alquiler al bono eléctrico pasando por las becas académicas o la asistencia jurídica gratuita. Esto implica que una ligera subida de los ingresos, ya sea por la actualización de pensiones o convenios laborales conforme a la inflación, puede hacer que algunos hogares que antes optaban a esas ayudas ahora superen el umbral de ingresos determinado, ya que éste no se ha revalorizado.

Sin embargo, no influye, por ejemplo, en la revalorización de las pensiones o del Ingreso Mínimo Vital, que se hará a final de año de acuerdo al IPC porque así está determinado por ley. El único motivo posible para que no se incrementen (se quedarían como están) es que la evolución de la inflación sea negativa.

Tampoco lo notarán en su nómina los funcionarios. En su caso, en octubre de 2022 se pactó con los sindicatos una subida salarial del 9,5% en tres años. Es decir, hasta este 2024. Otras posibles subidas a partir de enero dependerán de nuevas negociaciones entre Gobierno y agentes sociales.

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